La emergencia sanitaria produjo desafíos en todos los flancos. Es tan grande el impacto que ha causado en todo el mundo que obligó a buscar rápidamente respuestas para los infinidad de obstáculos que se iban sucediendo en el avance de la demanda de atención a los contagiados por el virus.
Fue necesario aprender sobre la marcha y buscar nuevos métodos para encarar algo que era desconocido y que tiene comportamientos diferentes a todo lo que se estaba acostumbrado a tratar. Además, cuando la velocidad de contagio es importante, como ésta, se multiplica la cantidad de personas a ser tratadas y eso genera dificultades de colapso del sistema. Las investigaciones iban por todos los caminos buscando con alivianar el peligro de la exposición al contacto. Encontrar una tela, como esta, una mezcla de algodón y poliéster con el tratamiento con activos antivirales, bactericidas y funguicidas, es un verdadero hallazgo.
En el tema del barbijo, la acción en equipo de un grupo de científicos del Conicet, la Universidad de Buenos Aires(UBA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), desarrollaron los superbarbijos ATOM-PROTEC y la textil Kovi se encargará de la producción y comercialización del producto. Como anteriormente señalamos, la tela es una mezcla de algodón y poliéster. Está compuesta de un polímero eco-friendly que facilita la retención de agentes activos basados en plata y cobre. La empresa tiene una capacidad de producción de alrededor de 4 millones de unidades por mes.
Esta es una muy buena noticia. El momento por el que atraviesa nuestro país con la pandemia se está alargando demasiado. La aparición de la posible vacuna encendió la esperanza para los argentinos. Pero entre este presente, donde los casos siguen subiendo a un ritmo sostenidos en algunos distritos, y la llegada de la vacuna, falta mucho trecho por recorrer. En el mejor escenario, llegará en el primer trimestre del año. Faltan 5 o seis meses. Para pasar ese periodo se tendrán que agregar otras medias a las de prevención habituales. Una es el barbijo eficiente, como este, para todos los que circula por la calle y los trabajos. Porque va a circular mucha más gente y es necesario reforzar la prevención.
Este producto fue analizado testeado, y aprobado en su función antimicrobiana, por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Su acción antiviral, por el Instituto de Virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Esto es relatado, según informa el sitio del CONICET, por Silvia Goyanes, investigadora del CONICET en el Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET-UBA) y una de las directoras del proyecto: “Los estudios realizados en el Instituto de Virología del INTA mostraron que estas telas tienen la capacidad de inhibir Coronavirus similar al SARS-CoV-2- agente patógeno que causa el COVID-19- en menos de cinco minutos”.
Ella misma deja aclarado que es un producto para uso social pero no para los profesionales de la salud. En esa dirección, continúa con la descripción: “Una gran ventaja de este desarrollo es que todos los insumos que requiere están disponibles en grandes cantidades en nuestro país y que el proceso industrial utilizado para su manufactura se puede hacer en cualquier fábrica textil, dado que es el mismo que se usa para teñir telas; por lo que es posible producir estos barbijos en las cantidades que se requiera. Este barbijo no es una promesa sino una realidad, cualquier persona que quiera comprarlo, ya puede hacerlo”.
Por su característica autozanitizante, reduce al mínimo la posibilidad de infectarse o contagiar a otros. También protege al que lo utiliza porque evita que se respiren los propios gérmenes. Se pueden usar muchas horas seguidas, alrededor de ocho, por esas mismas propiedades. Por estar fijados mediante materiales poliméricos, los activos antivirales, fungicidas y antibacterianos se mantienen en la tela, inamovibles, tras al menos quince lavados.
Ana María Llois, también responsable de la dirección del proyecto e investigadora del CONICET y directora de la Unidad Ejecutora Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (UE-INN, CONICET-CNEA), se refiere a él de esta manera: “La resistencia de los activos bactericidas, fungicidas y antivirales a ser removidos de la tela tras muchos lavados es también garantía de que la persona que usa este barbijo no va a ‘tragarse’ estas partículas (iones de plata y cobre y otros compuestos antimicrobianos). En este sentido, es necesario señalar que también se realizaron pruebas que mostraron que Atom Protect no es citotóxico; lo que es importante en un producto que está en permanente contacto con la piel”.
Está confeccionado con tres capas de telas. La interior que es la que se ubica sobre la nariz y boca, tiene incorporado plata y otros compuestos funguicidas y antibacterianos que, junto a materiales poliméricos permiten la retención de estos activos. A la capa externa la define Goyanes, de esta forma: “Sobre la tela externa se aplica una tercera capa polimérica semipermeable que permite lentificar el proceso de absorción de la microgotas en las que se transportan las partículas virales. Lo que hace esto es otorgarles más tiempo para ejercer su efecto a los iones de cobre y al resto de los componentes antimicrobianos, cuya acción, de todas formas, es muy rápida. Si uno tira una gota de agua sobre esta capa externa, observará que va a demorar mucho tiempo en humedecer la tela”.
Un barbijo ATOM-PROTEC equivale a 15 barbijos descartables. Su precio por unidad es de $324, 40 unidades $10.740 y por mayor, la caja de 320 unidades, de un valor a consultar.
Por Juan Tucci
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