“En la Bici va una Vida”
A una semana del asesinato de la ciclista que avanzaba-como corresponde-por la bicisenda a la altura de Avenida Figueroa Alcorta y Dorrego, cuando perdió la vida al ser embestida por un conductor drogado de treinta y dos años, llamado José Carlos Olaya González, familiares, amigos, ciclistas, runners y público en general-más de dos mil personas-participaron de una convocatoria que partió de la zona del Obelisco y que culminó en el lugar donde Marcela encontró la muerte por la irresponsabilidad, desprecio por la existencia ajena y violencia de Olaya González, quien además de matarla, se dio a la fuga…luego de recoger algunos elementos personales del interior del rodado…como si nada hubiera pasado…
Visiblemente conmovido, Luis Ceccato, la pareja de Marcela, manifestó: “Ella andaba en bicicleta y celebraba la vida, porque en la bici va una vida…Y ese hombre se llevó una vida, una madre, una pareja”…
A pocos metros donde ocurrió el hecho, allegados a la Familia Bimonte, instalaron una Bicicleta Blanca con su nombre y la siguiente frase: “Ciclista asesinada por un automovilista cuando transitaba por la bicisenda”.
Por su parte, Silvana, una de sus amigas, expresó:”Siento una tristeza muy profunda… Las bicicletadas con ella eran algo muy espiritual…Creo que todos quisimos poner un granito de arena y esperamos que haya un antes y después, que se corrijan estas cosas”.
En tanto, Daniel Molina, de la agrupación “Bici Sur”, comentó “No se puede salir tranquilo…Estamos totalmente desprotegidos, hace diez años que pedaleo, todos los días me entero por las redes sociales que nos roban y nos golpean”.
El miércoles pasado, la Doctora Patricia Larocca, a cargo del Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas 12 de la Ciudad de Buenos Aires, dictó la prisión preventiva para Olaya González, pero…caratuló la causa como “homicidio culposo”, cuya penalidad es mucho menor…y permite la excarcelación.
A los otros tres hombres que habían sido imputados por encubrimiento agravado, por haber colaborado con la fuga del conductor en una camioneta de color negro luego del luctuoso episodio, se les otorgó la libertad pero con medidas restrictivas. Como por ejemplo, tendrán presentarse ante la Fiscalía cada quince días, entre otras consideraciones de cumplimiento efectivo.
El imputado, quién no declaró en sede judicial, pero que habría señalado de acuerdo con fuentes periodísticas, que: “No salí a matar a nadie, me quedé dormido”. De acuerdo con las fuentes, habría pedido perdón a la familia de la víctima”.
De acuerdo con los trascendidos conocidos en las últimas horas, la jueza Larocca se declaró incompetente y dictaminó que el caso pase a la Justicia Nacional.
Si bien existen excepciones, la Justicia en nuestro país no se destaca justamente por el hecho de impartir Justicia.
Es de esperar que la muerte de Marcela Bimonte pueda significar un antes y un después.
Por Visión Porteña
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