A partir del DNU de aislamiento obligatorio y preventivo del coronavirus, tenemos que plantear nuevas maneras de trabajar como lo es el teletrabajo o el “home office”, sin descuidar a nuestros hijos.
La filósofa española Carolina del Olmo, en relación al coronavirus y el aislamiento dijo que “La pandemia está poniendo negro sobre blanco todo lo que ya andaba mal en nuestras sociedades, como la desatención a los cuidados y el desprecio por las tareas que son las que verdaderamente sostienen la vida“.
A su vez, la Socióloga Eleanor Faur, sostiene que la pandemia “pone sobre el tapete la profunda desigualdad en la distribución de los cuidados“.
Este nuevo coronavirus, nos vino a cambiar nuestros estilos de vida, además de enfermos, muertos, crisis económica mundial, familiar y social, entre otras cosas.
A partir del aislamiento, la arquitectura de los hogares cambió por completo. Los chicos sin clases en casa y padres que deben administrar su tiempo entre la crianza, los quehaceres domésticos y además con el cumplimiento de las tareas laborales, a través de un nuevo formato para la mayoría: el teletrabajo. Y en muchos casos, padecer el patriarcado que sostiene que las tareas domésticas y la crianza de los hijos es exclusividad de las mujeres.
Carolina Del Olmo, escribió en su libro “¿Dónde está mi tribu?” que “El problema no son nuestros hijos, pero tampoco somos nosotros. El problema es una sociedad cuyas exigencias son radicalmente incompatibles con las necesidades de los bebés y también con las de quienes cuidan de ellos“.
“La pandemia está poniendo negro sobre blanco todo lo que ya andaba mal en nuestras sociedades: la desatención a los cuidados, el desprecio por las tareas que son las que verdaderamente sostienen la vida, la sobrerrepresentación en nuestros medios y en nuestras políticas públicas de los intereses y preocupaciones de las clases medias y altas, la desatención a los más vulnerables”, señala la filósofa.
En este mismo sentido, Eleonor Faur, doctora en Ciencias Sociales por Flacso y autora de “El cuidado infantil en el siglo XXI” sostiene que “Sin dudas el coronavirus con su necesidad de recluirse o producir este distanciamiento social con la suspensión de clases pone sobre el tapete lo que venimos diciendo hace muchos años las investigadoras feministas que es la profunda desigualdad en la distribución de los cuidados producto de la perduración de un modelo que respondía a una lógica de organización social basada en un paradigma de varón proveedor y mujer ama de casa, una familia de pareja heterosexual que obviamente se ha transformado rotundamente en los últimos años”.
Faur, explica que “Lo que está claro es que en el nivel de las ideas hay una mayor aceptación de la participación de padres en los cuidados pero a nivel estadístico el amperímetro todavía no se ha movido demasiado. Si bien hay papás que cuidan mucho más de lo que lo hacían las generaciones anteriores, en promedio la brecha entre el aporte de tiempo y dedicación que destinan las mamás y el que destinan los padres sigue siendo muy amplios. El 76 por ciento de los cuidados no remunerados que se brindan en todo el mundo son realizados por mujeres“.