Eduardo López (M.N. 37.586), infectólogo, manifestó que el test rápido, “Es una técnica que soluciona los problemas de logística. Tiene una sensibilidad del 94 por ciento y una especificidad del 99 por ciento”.
En este sentido, el infectólogo explicó que estas pruebas pueden ser una opción eficaz, ya que dan resultados en 20 minutos y permiten aislar a los infectados y de esta manera, se pueden evitar posibles contagios.
Los testeos rápidos, son pruebas rápidas de antígenos, que se consideran confiables y de bajo costo.
Asimismo, estas pruebas brindan información inmediatamente, cuando la persona infectada tiene alto riesgo de contagiar el coronavirus y su resultado está en 20 minutos, sin necesidad de instrumentación especial ni más compleja o invasiva.
Eduardo López, señaló que “Hay dos testeos: uno clásico con la técnica de PCR y otro, el test de antígenos, que se usa en todo el mundo y en 20 minutos se obtiene el resultado. Es más rápido y se usa por ejemplo en Inglaterra. También en el interior del país, a través de una compra realizada por el ministerio de Salud”.
Y agregó que “El testeo no puede dejar de hacerse y hay que sostenerlo de forma permanente. Es la única manera de detectar y buscar los contactos estrechos”.
Según el médico, esta sería una opción para evitar o minimizar el embate de una segunda ola de contagios, tal como se está produciendo en algunos países europeos.
“Primero, durante el verano hay que mantener el comportamiento social. Sostener la distancia, el uso de barbijo y evitar aglomeraciones en ambientes cerrados. Segundo, continuar con el testeo y rastreo de casos” detalla López.
Por otra parte, el infectólogo aclara que “Esto no puede disminuir, por el contrario, hay que reforzarlos en la Argentina. Por último, la mitigación de la segunda ola se dará con la llegada de las vacunas, de una manera cautamente optimistas porque se comenzará por la población de riesgo, es decir que la población deberá continuar con los cuidados preventivos”.
Además, Eduardo López, remarca: “Que el verano no sea la hipoteca que se paga en el otoño”.
Ejemplificando sus dichos, Eduardo López, precisa que “En Europa, pasó eso: bajaron los números de casos, pero el virus siguió circulando. Cuando llegó el otoño y empezaron a reunirse en lugares cerrados por el frío, se les vino esta segunda ola más intensa que lo que fue la primera”.