El asbesto, también llamado amianto, está conformado por un grupo de minerales metamórficos fibrosos, que debido a su bajo costo es utilizado en materiales de construcción y aplicaciones industriales por sus propiedades aislantes y de resistencia al calor. Es un material termo-eléctrico resistente que ante exposición prolongada puede provocar cáncer con una alta tasa de mortalidad. En la Argentina, está prohibido desde el año 2000, a través de las Resoluciones N° 845 y N° 823, del 2001.
Hace ya más de 6 años la Asociación gremial de trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP) denunció que Subterraneos de Buenos Aires (SBASE), Metrovías y el Gobierno porteño estuvieron entorpeciendo la investigación por la compra de los trenes CAF 5000 y 6000 al Metro de Madrid que tienen asbesto y se sabe que dos trabajadores del subte madrileño fallecieron por asbestosis, un tipo de cáncer causado por la exposición a las fibras de ese mineral.
El Metro de Madrid está condenado a perder todas las sentencias por las demandas de los trabajadores y trabajadoras afectadas de alguna manera por la exposición al amianto. En el futuro habrá bastantes más afectadas y afectados, de enfermedades leves y graves, por la exposición al amianto a la que han sido expuestos en su trabajo, sin ninguna o pocas medidas de seguridad, en los últimos 50 años y hasta nuestros días. No en vano, la Inspección de Trabajo ya ha condenado a la empresa a pagar una multa cuantiosa (191.000 euros), al entender que no adoptaron medidas suficientes en materia de seguridad ante la presencia de amianto.
El amianto lleva instalado en el Metro subterráneo de Madrid más de 50 años. Los materiales que contienen amianto friable (desmenuzable), han sido una fuente permanente de desprendimiento de fibras o fibrillas invisibles, que requieren para ser vistas observarlas por microscopía electrónica de barrido, un tipo de instrumento que puede aumentar la imagen de un objeto hasta un millón de veces. Se trasladan al aire del ambiente que respiran los viajeros.
Con la compra de estos vagones contaminados se ha puesto en peligro en la ciudad no solo a los trabajadores sino a los pasajeros habituales del subterráneo porteño. Ya que se ha comprobado la presencia de amianto en el subte de acuerdo al estudio de especialistas, que recomendaron implementar planes de descontaminación, que incluyan la limpieza por aspiración potente de todas las instalaciones, para la eliminación de este mineral en toda la red, tanto en el material móvil como en estaciones y otras instalaciones, aprovechando la inactividad nocturna y/o el cierre escalonado de estaciones. Tanto el gobierno porteño como la empresa concesionaria no han hecho nada en estos años, por lo tanto, los trabajadores están pensando medidas de protesta para proteger su salud y la de los usuarios.