noviembre 25, 2024
Medios

Semblanzas del nuevo orden mundial

Por Ricardo Guaglianone

 Los poderosos del mundo han descubierto y lo están aplicando, aquello que llaman el refuerzo positivo: provocar en las personas y en los países el comportamiento deseado por ellos,  sin resentimientos ni rebeldía y de manera estable.  El refuerzo positivo en lo individual, ofrece una promesa, siempre a futuro, algo muy  positivo que deseamos ser o conseguir.

         En el caso de los países, esa venta de expectativas a futuro se ve en los discursos que prometen buenos augurios si se realizan las ideas que ellos proponen, por ejemplo, abrir la economía al mundo sin límites o reducir el estado a la mínima expresión.

        En el nuevo orden, los poderosos son los que saben y en la trastienda de la salvación que prometen a través de sus recetas, establecen valores que de tanto repetirse, son aceptados por la gente sin razonar en forma crítica.  En el caso de las naciones, martillan con abrirse al mundo,  abrir la economía, bajar las jubilaciones porque son un gasto inútil, entre otras cuestiones.

         A veces sin cuidar demasiado el estilo o las formas, los amos del mundo intentan hacer que la gente acepte mansamente lo que ellos disponen con uno de los mecanismos más perversos: mantener a  la población en un estado continuo de ansiedad,  ocupada asegurando su propia supervivencia o luchando por ella. Con el poder concreto de la parte financiera, empresas monopólicas, prensa adicta, provocan una fuerte situación de inseguridad y angustia, de manera que la gente desbordada pida a gritos una solución, la que sea. Y allí aparecen sus representantes locales, que entran en la disputa del poder político y prometen mano dura y un paraíso que nunca llegara.

El nuevo orden

      Los países poderosos ya lo definieron hace unos 25 años porque saben que los recursos no alcanzan para todos: hay que reducir las demandas de los pueblos y sacar del sistema de consumo a millones de personas. El planeta no alcanza para todos, dicen.

    La matriz fundamental del nuevo orden mundial es el control de todo lo que existe a través de varios desarrollos:  inteligencia artificial, alimentos transgénicos (hechos en laboratorios), dinero virtual, automatización de la producción, nanotecnología, ciber seguridad, robótica, biotecnología, geofísica, gobierno mundial, prensa mundial, guerras de exterminio si hay resistencia, deudas impagables, control de los recursos naturales, control del agua potable.

          Que cada uno haga lo que le venga en gana, (ganas controlada por el poder) esa es la libertad, el individuo por encima de lo comunitario, cada uno deberá pelear por su supervivencia. El propósito de los nuevos tiempos es un individualismo feroz  y todos deberemos entender que que hay gente que sufrirá porque no se adapta a estos nuevos vientos del progreso: son débiles.

Los ensayos

El sistema tal como está pensado,  no tiene capacidad de dar trabajo a todas las personas. En ocho o diez años, centenares de millones de personas en el mundo, no tendrán trabajo.

 Ya hubo una iniciativa global para que la población que perdió sus trabajos tradicionales, acepten nuevas reglas de juego. El ensayo se hizo en Suiza a modo de referéndum, en junio de 2016, donde se ofrecía a la población una  renta básica universal de 2.500 francos suizos mensuales por adulto y 625 por cada menor. El sueldo promedio en Suiza es de 6000 francos. En ese país, se perdieron miles de empleos por la robotización y la automatización de la producción industrial y la digitalización de la parte comercial.  Mucha gente no tiene que hacer.  El 78% de la población rechazó la iniciativa en una elección nacional.

   En nuestro país, ya se anunció la posibilidad de una renta básica universal para que sobrevivan los todos y todas que están fuera del sistema. El discurso del poder es siempre la promesa del paraíso a la que accede cada vez menos gente: “habrá empleos de calidad, seremos felices, viviremos en amor y armonía, habrá oportunidades”, dicen. No dicen que  si esto no se cumple, “habrá renta básica universal y comedores. O llanto”.  Bienvenidos al nuevo orden.

La Madre Tierra

Los tiempos que experimentamos como sociedad y como individuos son  muchas veces desalentadores cuando observamos la profundidad de afectación negativa en la existencia cotidiana de nuestros pueblos,  víctimas de las visiones del mundo que tienen las clases dirigentes estúpidas e ignorantes que piensan que la naturaleza solo tiene un sentido utilitario, que al planeta hay que exprimirlo con un sentido solo lucrativo.

Una mirada  profundamente destructora de los bienes comunes que nos ofrece La Madre Tierra.

La visión de la vida donde el valor más destacado es el de tener por sobre el ser esta devastando al mundo, es una plegaria nefasta, pero ese es el objetivo del club de los poderosos.

El planeta está colapsado por explotar a  la naturaleza sin límites, provocando desequilibrios irreparables a los ecosistemas que son irreversibles: el efecto invernadero, la basura en los mares, la putrefacción de los ríos provocada por los agrotóxicos, extinción de cientos de especies animales y vegetales, la tala indiscriminada de bosques milenarios.

Nada le importa al club de los poderosos. El “progreso” es una ilusión que venden los putrefactos líderes mundiales que provocan la miseria de millones de seres en el mundo y desatan movimientos migratorios que lastiman por las situaciones de exclusión y muerte que provocan a diario.

 El club de los los poderosos que manejan el nuevo orden del mundo, son dueños de los medios de comunicación masivos, incluidas las redes sociales en todos los rincones del planeta.

 El discurso del futuro, con renta universal incluida y un plato de polenta para subsistir ya está diseminado. Y muchos lo aceptan sin chistar.

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