Villa Santa Rita es un hermoso barrio que integra la comuna 11 junto a Villa Devoto, Villa del Parque y Villa General Mitre. La ley 1347/2004, sancionada el 27 de mayo de 2004 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires instituyó el 5 de septiembre como «Día del Barrio Villa Santa Rita» en conmemoración de la fecha en que se utilizó por primera vez ese nombre en los registros notariales, mientras que la Ley Orgánica de Comunas N° 1777 determinó sus límites definitivos: Condarco, Av. Álvarez Jonte, Miranda, Joaquín V. González, Av. Gaona.
Historia del barrio
La historia del barrio se remonta al año 1776, cuando las tierras de esta parte de la ciudad, formaban parte de una hacienda, propiedad de Juan Diego Flores, cuyos límites estaban marcados por el Riachuelo y lo que hoy son la Avenida Álvarez Jonte, General Artigas y Concordia.
Recién a finales del siglo XIX, la zona fue cobrando vida social entorno a un oratorio muy concurrido por los vecinos de la ciudad, donde se veneraba a la Virgen Santa Rita de Cascia, patrona de los desamparados.
En esa época estas tierras fueron adquiridas por la Sra. María Josefa Nicolasa del Corazón de Jesús Ramos Rodríguez, quien construye en la zona una importante casona colonial y como era fiel a Santa Rita de Cascia, decide construir un oratorio con su imagen. Santa Rita de Cascia fue una religiosa italiana cuyo ejemplo de caridad y humildad la convirtió en un símbolo para el mundo creyente de todo el mundo.
Esos primeros años de la historia del barrio Villa Santa Rita se caracterizaron por la presencia de quintas, alfalfares, tambos y hornos de ladrillo, ubicados en tierras que luego entre los años 1887 y 1890, serían fraccionadas y vendidas.
Muchos de esos terrenos fueron adquiridos por obreros que trabajaban en las fábricas de las cercanías, quienes edificaron barrios obreros circundando las industrias.
La zona adquiere el nombre de Chacra de Santa Rita a finales del siglo XIX, en tiempos en que fallecía su dueña, Doña María Josefa, el 7 de julio de 1878. Sin embargo, recién en 1889 los terrenos fueron subdivididos en lotes, tarea que lleva a cabo la Constructora de San José de Flores.
El 5 de septiembre de ese año aparece por primera vez el nombre que actualmente conocemos, en los registros notariales de la época, por eso es la fecha escogida para celebrar el día del barrio. El proyecto para instaurar el nombre fue presentado por la legisladora porteña Sandra Dosh que acompaño la presentación del Sr. Arnaldo Miranda, en su carácter de historiador de Villa Santa Rita.
Toda la extensión del barrio, lo largo de su historia se configuró con una estructura muy homogénea y característica. Abundan las viviendas tipo chalet y su trazado es predominantemente reticular. Sin embargo, esta homogeneidad arquitectónica está alternada con numerosos pasajes pequeños, de no más de 200 metros de extensión, que nacieron hace más de 70 años como viviendas obreras. Estas viviendas luego fueron recicladas y ahora constituyen el escenario de mayor belleza de Santa Rita, que muchos llaman el barrio de los pasajes. Repasamos la historia de algunos de ellos.
Pasaje Julio S. Dantas
Si se camina por la calle Cuenca en dirección norte, justo antes de llegar a la Avenida Álvarez Jonte, se abre una de las calles más angostas de Buenos Aires, comparable al pasaje Trieste o a los pasajes borgeanos que cruzan la calle Serrano en Palermo: el Pasaje Dantas.
Según algunos vecinos antiguamente se llamaba Saragoza y otros dicen que su nombre original era El Delta, que es la continuación que tiene el pasaje del otro lado de la calle Cuenca. Precisamente, el Pasaje Dantas nace en Cuenca 2102 y se extiende en dirección oeste hasta Llavallol 2055, entre Elpidio González y Álvarez Jonte.
Recibió su nombre por el Decreto 2279 del 30 de junio de 1944, durante la intendencia del coronel César R. Caccia.
Julio Dantas participó de la Guerra del Paraguay y en la batalla de Sauce o de Boquerón de Piris, recibió una bala que le destrozó la mandíbula durante el intento de colocar la bandera argentina en las trincheras enemigas.
Pensaron que estaba muerto, pero su asistente, el soldado Enrique Flores lo cargó en su espalda y le salvo la vida. Llegó a ser el Jefe de la policía de la Provincia de Buenos Aires y luego diputado electo en 1882 y reelecto en 1908. Fallece en 1922.
Pasaje Guillermo Enrique Granville
Otro de los más hermosos lugares de Villa Santa Rita es el pasaje Guillermo Enrique Granville que se extiende entre Julio S. Dantas 3271 y Álvarez Jonte 3270. Adquirió su nombre también en el decreto 2279 del 30 de junio de 1944.
El Granville es un apacible callejón de baldosas, con canteros cubiertos de plantas y una pequeña glorieta en su centro. Según los vecinos antes se llamó Normandía y luego La Puñalada.
Su nombre proviene de un marino inglés, nacido en 1793, que había estado al servicio del almirante Thomas Cochrane, un estratega naval británico que peleó por la independencia americana en el Pacífico chileno. Granville llegó de Chile a Buenos Aires cuando se iniciaba la guerra con el Brasil imperial por el domino de la Banda Oriental (Uruguay).
En 1826 fue nombrado capitán y estuvo a cargo de la goleta Guanaco. A fines de ese año se sumó con su nave a la flota dirigida por el almirante Guillermo Brown y participó en la batalla de Juncal contra la flota brasileña.
Sin perder navíos, logró apresar doce buques e incendiar otros tres. Por esta victoria Granville fue ascendido a sargento mayor.
También participó en el combate de Monte Santiago, la mayor derrota naval argentina en aquella guerra. Murió en 1836.
El pasaje Granville tiene 14 casas y vive la cuarta generación de habitantes de estas casas. Está rodeado por otros 18 hermosos pasajes y es una cuadra peatonal atravesada por largos canteros con palmeritas, limoneros, damas de noche e higueras.
Es un rincón de Buenos Aires donde todos los 8 de diciembre, cada vecino trae sus adornos navideños y entre todos decoran un único arbolito en un cantero de esa calle.
El antiguo nombre de «La puñalada», se debe a que en Granville se disputó una pelea de dos famosos guapos del novecientos y el más rápido le clavo una puñalada al otro.
Instituciones destacadas
En el barrio de Villa Santa Rita, en Camarones 3443, se ubica una de las capillas más importantes de la Ciudad de Buenos Aires, la capilla de Santa Rita de Cascia. Este Santuario se terminó de construir en el año 1949. Tiene dos imágenes de la Santa: la más antigua es de madera, decorada en oro y está entronizada en el camarín de la Vírgen; la otra, también de madera, es más grande y está ubicada en el Altar Mayor.
La comisaría con jurisdicción en la zona está dividida entre la 41 y la 43. Entre los colegios destacados están el Número 8 del Distrito Escolar 12, Quintino Bocayuva, el Instituto Santa Rita y el Jardín de Infantes JIN B Número 8. El hospital más importante del barrio es el Israelita, en conjunto con su centro de estudios Denton. A. Cooley ubicado en la Av. Nazca y Terrada.
El hospital se inauguró en mayo de 1921 y fue patrocinado por la Asociación Israelita de Socorros Mutuos, fundada por el rabino Henry Joseph. Se caracterizaba por la excelente prestación de servicios médicos a todas las personas, cualquiera sea su nacionalidad o religión, y por ser un lugar para la formación de médicos.
Actualmente lo maneja una cooperativa formada por personal del hospital.
También es muy importante como institución social el Club Imperio Juniors, ubicado en César Díaz 3052, con su biblioteca popular.
En el barrio estaba la fábrica de cigarrillos «Particulares». Su nombre se debía a que los cigarrillos los hacían a mano, y se vendían solamente por encargo de los «particulares» que los encargaban. Otra empresa importante fue Georgalos Hnos que producía golosinas y se hizo famosa por su producto Mantecol.
Jorge Luis Borges nombra al barrio en el relato del cuento “Hombre de la esquina rosada” que el autor dedicó al escritor, poeta y periodista uruguayo Enrique Amorim.
El cuento fue incluido en antologías y usado en obras de teatro, películas y obras musicales de raigambre arrabalera, por su definido lenguaje orillero.
En el cuento Borges relata que el «salón de Julia», en el Barrio Santa Rita, era un lugar donde se bebía, bailaba, se alternaba con prostitutas y había duelos de cuchilleros. Una historia de principios de siglo que pintaba la realidad de ese barrio porteño que en ese entonces, era una zona rural en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires.
Villa Santa Rita es un hermoso barrio, de los más antiguos y tradicionales de la ciudad, es un muy buen paseo conocer sus pasajes y calles arboladas que todavía sostienen su historia original.
Actualmente los vecinos están luchando para que no cambie de fisonomía y se prohíba la construcción de edificios en la zona y se respete esta arquitectura de pasajes con casas bajas y grandes jardines tan característicos de la zona. En la Legislatura ya hay un proyecto de ley que pretende ponerles límite a la altura de las edificaciones, como ya se hizo hace dos años en Villa Pueyrredón.