Del 1 al 7 de agosto se celebra la SEMANA MUNCAL DE LA LACTANCIA MATERNA, instituida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
El objetivo es fomentar la lactancia materna, pero en la actualidad se suma un debate interesante: romper con el tabú social y discriminatorio de poder amamantar a los bebés en espacios públicos.
Mucho se ha hablado ya sobre los beneficios de la lactancia materna, que son múltiples, como por ejemplo, protege de las infecciones y reduce la mortalidad neonatal, proporciona los nutrientes necesarios y temperatura adecuados, proporciona anticuerpos de la madre y alarga el periodo de inmunidad natural, y muchos más.
Por todos estos beneficios, especialmente para los bebes, la OMS recomienda que la lactancia sea el modo de alimentación exclusivo durante los primeros seis meses de vida de los bebés.
Sin embargo, aún se puede ver, ocasionalmente que las mujeres son discriminadas y juzgadas por amamantar en espacios públicos.
Si bien se sabe a ciencia cierta que los avances de convivencia social se han ido sumando año a año, también es cierto que algo tan natural como alimentar a un bebé, sigue siendo mal visto en varias sociedades del mundo.
Debido a que no se puede determinar cuándo un bebé tendrá ganas de comer, por lo que en cualquier momento, independientemente del sitio en el que se encuentre la madre, puede que surja la necesidad de alimentarlo.
Cabe aclarar que no solo las madres pueden ser lactantes, también un hombre trans puede lactar a su bebé.
Por lo anteriormente explicado, censurar este acto, aparte de discriminatorio, es un acto de humillación hacia las personas que realizan algo tan natural. Dificulta la lactancia y supone un obstáculo innecesario para las personas lactantes con sus hijos e hijas.
No podemos olvidar, además, la necesidad de poder contar con políticas laborales para que las personas lactantes, puedan compatibilizar su vida productiva y reproductiva y sean apoyadas por sus empleadores para combinar la lactancia con su vida laboral.
Reflexionar sobre estas problemáticas, es necesario para replantearnos los roles de la maternidad, cuidado y amamantamiento, para poder acelerar de una vez la normalización de la lactancia materna en todos los espacios sociales. El desafío es entonces, lograr una verdadera lactancia materna integral.
No obstante todo esto, no debemos olvidar, que la mujer es la que debe elegir libremente, si amamantar o no. Ser madre lactante no es una obligación, sino una opción.