El sábado 26 de octubre, abrió sus puertas al público el Castillo de Sandro, ubicado en la avenida Pavón 3939, del barrio porteño de Boedo.
El Castillo, que fue diseñado por el mismo Roberto Sánchez, tendrá varias funcionalidades, allí, por ejemplo, funcionará un Bar Temático, donde se exhibirán objetos personales del famoso cantante: su bata, cuadros, instrumentos musicales, la Rosa que fue parte de la escenografía de sus shows en el Teatro Gran Rex llamado “En el Nombre de la Rosa”.
Por otro lado también se realizarán catas y degustaciones de vinos, habrá exposiciones de arte bajo la curaduría de Luján Baudino, y se llevarán a cabo diferentes talleres y cursos para todas las edades: maquillaje, pintura con vino, cocina sin TACC, taller de emociones, conducción de televisión, etc.
En la inauguración estuvo presente Olga Garaventa, viuda de Sandro, que descubrió una placa colocada en la fachada, donde deja constancia que el Castillo fue declarado Sitio de Interés Cultual por la Legislatura Porteña. La ley fue impulsada por una iniciativa del diputado Omar Abboud (Vamos Juntos).
Además, estuvieron presentes Pablo Ferraudi, hijo de Olga Garaventa; Luis Ortiz, Director del Cultural CAVA; Sole Castro Virasoro, Coordinadora Ejecutiva Cultural CAVA, las nenas de Sandro y el legislador Omar Abboud, entre otros.
Roberto Sánchez adquirió en 1980 un terreno, donde había una casa tipo chorizo con una superficie de 8,66 de frente por 60 metros de fondo. De inmediato la demolió completamente, y dibujó los planos del Castillo él mismo, que luego le presentó a un arquitecto. Fue recién el 27 de noviembre de 1985 que los planos fueron aprobados. El gitano solía decir “Todos quieren tener un castillo y yo me hice uno en Boedo”.
Después de 12 años finalizó la construcción de su castillo y lo ambientó con cuadros, escudos medievales y armaduras, entre otras cosas.
Su idean era tener un estudio de grabación, el más grande de Latinoamérica, pero nunca llego a grabar nada allí, ya le resultaba más barato ir a Estados Unidos a grabar, destinaron las instalaciones del castillo a oficinas y depósitos para las escenografías de sus shows, equipos de música e instrumentos.
En aquel mágico lugar Olga conoció a Roberto (como ella le dice). “La primera vez que me habló, se me paralizó el corazón”, manifestó tiempo después. Olga Garaventa y Roberto Sánchez se casaron el 13 de abril de 2007.
