La «Patrulla Soberanía» abrió los cielos polares a las alas argentinas.
Epopeya de gran trascendencia Nacional, Histórica y Geopolítica protagonizada por Argentinos, que viviendo en pequeñas carpas, en una zona extremadamente inhóspita contando solo con picos, palas y trabajando con esfuerzo, garra y coraje, abrieron un surco de tierra en el Desierto Blanco para permitir operar aviones de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas.
Así fue como nuestros compatriotas, los integrantes de la Patrulla «Soberanía», rompieron el aislamiento con el Continente Antártico.
A partir de entonces, se abrieron rutas aéreas en sentido transpolar.
La Antártida es un pedazo más de nuestra Patria, allí viven familias, nacen argentinos y se continúa esa obra con el mismo esfuerzo y sacrificio, que pusieron siempre nuestros antárticos.
ACLARACIÓN
Decir que el 29 de octubre se cumple un aniversario de la fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina, parece un hecho intranscendente y cotidiano, pero no es así.
La fundación de la misma, que coincide con la inauguración de la primera pista de aterrizaje de tierra en el Continente Antártico, constituye un hecho histórico de gran relevancia, porque permitió romper el aislamiento con esa porción del mundo donde antes solo se podía llegar en verano por vía marítima cuando el estado de los hielos lo permitía.
Indudablemente estas características operativas tienen un valor extraordinario y con las mismas se inició una nueva era en el Casquete Polar Antártico, con una dinámica distinta en las tareas que se realizan en el nuevo continente.
Con esta capacidad funcional, se pudo superar el antiguo aislamiento que existía, con el traslado de personal, apoyo logístico, emergencias, evacuaciones, alternativas de vuelo, apoyo a la búsqueda y salvamento, debido a que se pueden desplazar en pocas horas los medios aéreos necesarios ante cualquier eventualidad sin tener que esperar los días que demanda una navegación al lugar y las condiciones de hielo favorables para hacerlo, que solo se da en épocas estivales.
El hecho de decir que la pista es de tierra, nos asombra, porque todos conocemos a la Antártida como un gigantesco manto blanco de hielos y nieves eternas, pero esta afirmación tiene sus fundamentos.
La isla Vicecomodoro Marambio (ExSeymour), emergió del mar en épocas muy remotas y su meseta que se elevó a 198 metros sobre el nivel del mar, tiene una superficie semiplana, con un suelo formado por barro de tierra arcillosa congelado (permafrost) aflorando piedras y rocas de distintos tamaños, diseminadas en toda su extensión.
Esas características singulares, permiten que esta meseta sea barrida habitualmente por fuertes vientos Antárticos, que evitan la acumulación de nieve.
ANTECEDENTES
La primera acción de la Fuerza Aérea en el Continente Antártico, se remonta al 1º de diciembre de 1951, cuando al mando del Vicecomodoro Gustavo Argentino MARAMBIO se sobrevoló la bahía Margarita en el sector noroeste de la península antártica, actual Base San Martín, con el avión Avro Lincoln Matrícula LV-ZEI (ex B-030), denominado «Cruz del Sud».
En el año 1952 el Vicecomodoro MARAMBIO siendo el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA), sobrevoló y estudió posibles lugares de aterrizaje en el Sector Antártico Argentino.
El broche de oro de estos bombarderos pesados en zonas antárticas, fue el vuelo efectuado el día 28 de octubre de 1965, por el avión Avro Lincoln, matrícula B-022, al mando del entonces Primer Teniente Jorge Francisco MARTÍNEZ, que con motivo de la operación «Socorro», realizó un importante raíd que totalizó casi 22 horas sin escala, en apoyo del avión Douglas C-47 matrícula TA-05, que cumplía la expedición al Polo Sur.
El Vicecomodoro Gustavo Argentino MARAMBIO había nacido en Río Cuarto, provincia de Córdoba el 21 de septiembre de 1918 y falleció en un trágico accidente aéreo en la localidad de Mugueta, provincia de Santa Fe el día 12 de noviembre de 1953 y en su homenaje la isla Vicecomodoro Marambio lleva su nombre.
En la década del 60 la Fuerza Aérea se empeñó en localizar una zona apta para habilitar una pista de aterrizaje destinada a la operación regular y continua de aeronaves de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, sin utilizar los sistemas de esquies.
El día 25 de noviembre de 1968, un helicóptero Bell UH-1 matrícula H-12, de la Fuerza Aérea embarcado en el rompehielos General San Martín (Q4), tripulado por el Primer Teniente Enrique PESSANA , el Teniente Ricardo CIASCHINI y el Cabo Juan Carlos BALLESTEROS se posó sobre la meseta de la isla Vicecomodoro Marambio, llevando a bordo al Jefe del Grupo Aéreo de Tareas Antárticas(GATA), Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA, al Teniente Julio Alberto DOMÍNGUEZ, al ayudante geólogo, mecánico de suelo Héctor Luis PONTE, quien junto al geoglaciólogo, Dr. René Edgar DALINGER, recogieron muestras de terreno, efectuaron mediciones y observaciones de la zona; desconcertándose al principio, para entusiasmarse después, por las características del terreno.
La isla Vicecomodoro MARAMBIO, que se encuentra a 3297 km de Buenos Aires y a 2864 km del Polo Sur, en cartas antárticas antiguas es señalada con el nombre de Seymour, en honor a un marino inglés que frecuentó la zona a fines del siglo XIX, pero tomó su nombre actual a partir del año 1956.
Embarcados también en el rompehielos llegaba al Continente Antártico la dotación antártica de la Fuerza Aérea 1968/69 (Invernada 1969), que con posterioridad integró la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, quienes fueron destinados a la Estación Aeronaval Petrel y a la Base Aérea Teniente Matienzo, que se encontraba en emergencia cuya recuperación y abastecimiento ocupa un lugar destacado en la historia antártica.
En el mes de abril del año 1969 se efectuó un relevamiento aerofotográfico de la isla con un avión DHC-6 Twin Otter y reconocimiento desde un avión Hércules C-130, al igual que los efectuados desde el avión DHC-2 Beaver de la dotación de la Base Matienzo.
De los múltiples estudios realizados, se llegó a la conclusión que podría materializarse el proyecto sobre la meseta que corona la isla.
OPERACIONES PRELIMINARES
En el invierno del año 1969 el mundo entero quedó maravillado con la llegada del hombre a la Luna y presenció por televisión un gran despliegue de ciencia y técnica avanzada, lo cual nuestros Antárticos no lo vieron, porque por en ese entonces no llegaban a esos confines las emisiones televisivas.
Los integrantes de la Patrulla, que después sobre el terreno se llamó «Soberanía», acondicionaban sus picos, palas, barretas, carpas, equipos de comunicaciones, víveres y otros elementos no tan modernos como los que se llevaron a la Luna que fascinó a la humanidad (Año 1969), llegaron con coraje y sacrificio a un lugar inexplorado, donde plantaron un modesto mástil de cañas con la Bandera Argentina y comenzaron a vivir esta epopeya en los hielos.
Cuando se planificó la operación, se pensó cubrir la distancia por tierra entre la Base Aérea Teniente Matienzo y aquella isla, a través del mar congelado y de la Barrera de Larsen (actualmente aguas libres por desintegración de la barrera), pero la falta de consistencia de la capa helada en el canal que separa la isla del continente, paso obligado en el itinerario, presentaba la operación sumamente riesgosa; entonces se iniciaron los preparativos para realizar la operación por medio aéreo.
Se preparó para la expedición el pequeño avión monomotor DHC-2 «Beaver» matrícula P-03, al que se le habían cargado algunas carpas, un modesto grupo electrógeno, herramientas, medicamentos, comestibles y otros elementos de supervivencia.
Todo estaba decidido y cuando las condiciones meteorológicas mejoraron, desde la Base Matienzo partió el avión «Beaver» con su equipamiento normal para las características del terreno, es decir con esquíes, el cual sobrevoló las inmediaciones de la isla en busca de un lugar apto sobre el mar congelado, que le permitiera anevizar. (aterrizar en hielo o nieve).
Una y varias veces pasó sobre el lugar elegido, hasta que anevizó con un suave toque sobre la superficie helada del mar en la Bahía López de Bertodano, con la valiosa colaboración de otro avión Beaver de la Armada Argentina, quedando así abierta la posibilidad del nacimiento de Marambio.
Este fue solo el primer punto del arriesgado plan y no había tiempo para dilaciones; mientras un grupo comenzaba a subir a la meseta los pertrechos, el avión Beaver regresaba a Matienzo en busca de nuevos materiales y más personal, repitiendo esta operación varias veces, hasta quedar instalado el campamento
Trasladaron a la totalidad del personal de la Fuerza Aérea que se encontraba como dotación de apoyo en la Estación Aeronaval Petrel (Nomina: www.marambio.aq/dotaciones/petrel/196869.html ) y parcialmente personal de la Base Matienzo (nomina: www.marambio.aq/dotaciones/matienzo/1969.html).
Se firmó en el lugar un Acta de Posesión de la isla, la que fue transmitida y posteriormente elevada a la superioridad, para ser entregada al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación.
En la bahía, al pie de la meseta se instaló el campamento de abastecimiento «Beta», al mando del Teniente Mario Víctor LICCIARDELO.
La Patrulla de Avanzada, subió a la meseta que corona la Isla e instaló el Campamento «Alfa» al mando del Teniente Francisco Florencio MENSI, quienes armaron las carpas para alojamiento, comunicaciones, cocina y baño de campaña y se realizaron las mediciones para determinar el rumbo de la pista.
A partir de ese momento, comenzó una difícil rutina de trabajo cotidiano, viviendo en pequeñas carpas, convirtiendo el hielo y la nieve en agua para subsistir, comiendo conservas, aislados en la más completa soledad, luchando a brazo partido y de sol a sol (cuando el clima lo permitía), haciendo la tan soñada pista, aquella que no solo dejó una huella en la piedra y en los hielos, sino también ha dejado una huella de solidaridad y heroísmo en los corazones de los hombres que la forjaron.
Después del aterrizaje en la precaria pista que se estaba construyendo del avión DHC-2 «Beaver» P-03, se incremento el trabajo sobre la meseta; el Campamento «Beta» y su personal se traslado sobre la misma y la mayoría de los integrantes de la Patrulla de Avanzada fueron relevado por el personal de la Base Matienzo.
INTEGRANTES DE LA PATRULLA SOBERANÍA
Integrantes de la Patrulla «Soberanía» fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio.
PRIMER ATERRIZAJE CON RUEDAS EN EL CONTINENTE ANTÁRTICO
La longitud de la pista crecía día a día y así fue como el 25 de setiembre de 1969 el avión Beaver DHC-2 matrícula P-03, procedente de la Base Matienzo, donde se le había instalado un sistema de tren de aterrizaje de esqui-rueda, a las 11:45 hora local se posó sobre la pista de tierra de Marambio, que en esos momentos tenía una extensión de 300 metros, convirtiéndose en el primer avión que aterrizó con ruedas en el Casquete Polar Antártico y lo piloteaba el entonces Teniente Oscar José POSE ORTIZ de ROZAS, con el Suboficial Principal Ramón Alberto VELAZQUEZ trasladando como pasajero al Jefe del Grupo Aéreo de Tareas Antárticas, Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA.
Mientras se continuaba con la agotadora tarea de despejar el terreno con medios precarios, el 9 de octubre de 1969 se recibió el auxilio desde el avión Hércules C-130, Matrícula TC-62 que efectuó el lanzamiento en paracaídas y en caída libre de 48 bultos conteniendo alimentos, medicamentos, explosivos, carretillas, barretas, picos, palas, carpas, vestuario y la tan deseada correspondencia, que dio más vigor y entusiasmo a los hombres de la Patrulla «Soberanía».
Para prestar importante apoyo en las operaciones, el veterano avión bimotor Douglas C-47, matrícula TA-05, vuelve a cumplir una nueva proeza al cruzar al continente blanco, utilizando para esta misión en nieve, el sistema de esquí-ruedas, hasta el 27 de setiembre de 1969, que procedente de Matienzo aterriza en Marambio con ruedas, cuando la precaria pista en construcción sólo tenía 400 metros de longitud.
Lo comandaba uno de los héroes de las epopeyas antárticas, el Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA, acompañado con la tripulación integrada por los entonces Mayor Roque Antonio FAULIN, Teniente Carlos Alberto ZUNGRI, Suboficial Mayor Juan Carlos NASONI, Suboficial Principal Jorge Rubens GARAVANO, Suboficial Ayudante Juan Carlos RIVERO y Suboficial Auxiliar Evaristo CARRIZO y trasladaba al personal de apoyo Suboficial Principal Enrique CANDELA y Sargento Primero Rubén MAKINISTIAN.
El 14 de octubre de 1969 se incrementó el apoyo logístico, dando mayor empuje a la misión, con el traslado de elementos varios en el avión DHC-6 «Twin Otter» – Matrícula T-85, tripulado por los Capitanes Juan Ramón CAMBIASSO y Alfredo Abelardo CANO, 1er. Teniente Adrián José SPERANZA, Suboficial Ayudante Ernesto Antonio VAZQUEZ, que utilizando el sistema de aterrizaje de esquí-rueda, volaron de Río Gallegos a Matienzo y de Matienzo a Marambio, donde aterrizaron con ruedas en la pista en construcción que ya tenía 700 m de longitud.
Se continuaron los trabajos en la pista y cuando la misma tenía una longitud de 900 m por 25 de ancho, con los últimos esfuerzos se la señalizó y se despejo también de piedras y rocas un sector de estacionamiento para varias aeronaves.
Así se llega al 29 de octubre de 1969, fecha de trascendencia nacional, histórica y geopolítica, porque a partir de entonces se inicia una nueva era en la historia de la Antártida , al romperse el aislamiento a que estaba sujeto por las características de su clima, su suelo y sus mares congelados.
En las primeras horas del día, decola de la Base Matienzo el legendario avión Douglas C-47, matrícula TA-05, utilizando esquíes y aterriza en Marambio, con sus ruedas, donde se le desarmó el sistema de esquí-ruedas y quedó con el tren de aterrizaje normal, emprendiendo su último viaje por el Continente Antártico, con destino a río Gallegos y luego a Buenos Aires, para incorporarse al Museo Nacional de Aeronáutica, donde descansa de sus hazañas en el Rincón Antártico.
El Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA recibió la orden de permanecer en la isla, con el fin de participar en la ceremonia de fundación de la Base e inauguración de la pista y por tal motivo este vuelo de regreso lo comandó el Mayor Roque Antonio FAULIN, integrándose a esta tripulación el Capitán Alfredo Abelardo CANO del avión Twin Otter, matrícula T-85 y como pasajero el Cabo Principal José Oscar MEDINA.
29 de OCTUBRE de 1969 – DÍA HISTÓRICO
(Acontecimiento histórico).
Se inaugura la primera pista de aterrizaje de tierra en la nueva
Base Aérea Vicecomodoro Marambio
(actualmente Base Marambio).
Mientras el avión C-47, matrícula TA-05 volaba hacia Río Gallegos, en sentido contrario se aproximaba el avión biturbohélice Fokker F-27, Matrícula TC-77, que tripulado por el Vicecomodoro Ervin Roberto KERN, los Mayores Enrique José SANZO y Elvio Eder DUVAL VAIRA, los Suboficiales Ayudantes José Luis ALTAMIRANDA, Pedro BESSERO y Héctor Tomás D’ONOFRIO, transportaba a la ceremonia de fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio a altas autoridades.
Eran ellos el señor Ministro de Defensa, Doctor Rafael CACERES MONIE; el Subsecretario de Defensa, Doctor Gilardi NOVARO, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Jorge MARTINEZ ZUVIRIA; el Comandante de Operaciones Aéreas, Brigadier Mayor Carlos Alberto REY; el Jefe del Estado Mayor del Comando de Operaciones, Brigadier Carlos Washington PASTOR; el Comandante de Aviación Naval, Contralmirante Hermes QUIJADA; el Director de Fabricaciones Militares, General Oscar CHESCOTA; el jefe de la I Brigada Aérea, Brigadier Higinio GONZALEZ, el Jefe del Departamento Antártida del Ejército, General de Brigada Jorge Edgard LEAL, como así también al Mayor Roberto BOIERO; Suboficial Mayor Hugo HASS e Ingeniero Víctor CABOS; el piloto de relevo del avión Twin Otter T-85, Primer Teniente Alberto VIANNA e integrantes de la dotación entrante 1969/70 de la Base Aérea Teniente Matienzo, Suboficial Mayor Eradio FABRO y Cabo Principal Nicolás Mario D’ANUNZIO.
Este fue el primer vuelo regular de una aeronave, que procedente de otro Continente, despegaba y aterrizaba en el Casquete Polar Antártico , utilizando tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, rompiendo con este hecho histórico, el aislamiento que hasta entonces existía con el Sexto Continente, convirtiéndose la Base Marambio en la «Puerta de entrada de la Antártida.»
CONTINUACIÓN DE LAS TAREAS INICIADAS POR LA PATRULLA SOBERANÍA
La Dotación Antártica 1969/70 (Invernada 1970) de la nueva Base Aérea Vicecomodoro Marambio, continuó en condiciones similares de hábitat y trabajo, la dura tarea iniciada por la Patrulla Soberanía, construyendo instalaciones y prolongando la pista hasta alcanzar una longitud de 1200 m.
Esta Dotación, la primera de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, estaba integrada por los entonces, Capitán Jorge Angel BERRETA, los Suboficiales Principales Enrique CANDELA y Mario Rogelio GONZALEZ, suboficial Ayudante Segundo TEJERINA, Cabos Principales Juan Pantaleon GIL y Miguel Angel PEDROZO, Cabo Primero Jacinto PERALTA y de la dotación del año anterior, el Suboficial Principal Ramón Alberto VELAZQUEZ, suboficial Ayudante Castor Eustaquio AYALA y los Cabo Primero José Oscar MEDINA y Whaldo Salvador GARCIA.
PRIMER ATERRIZAJE DE UN AVIÓN DE GRAN PORTE Con esta capacidad operativa, el día 11 de abril de 1970 el avión Hércules C- 130 matrícula TC-61, aterrizó en la Base Aérea Vicecomodoro Marambio con sus ruedas, tripulado por los entonces, Comodoro Athos Arturo GANDOLFI, los Mayores Juan Carlos MORONI, Eugenio Pascual GUTIERREZ, Oscar Angel GONZALEZ, el Capitán Roberto Federico MELA, los Suboficiales Mayores Guillermo AGUIRRE, Jorge LINDER, Eldo Oscar GOMEZ SARMIENTO, Mario Federico GUAYAN, José Máximo PAZ y el Suboficial Principal Egemundo Ventura BARCENA, permitiendo que a partir de entonces se opere normalmente durante todo el año con aviones de gran porte.
RECUERDOS Y EJEMPLOS
Varios años han pasado desde esa fecha memorable y en este período otras obras han cambiado la fisonomía que forjaron los pioneros, porque nuevos brazos se sumaron a la epopeya de las realizaciones.
Hoy todo esto es un recuerdo imborrable, además un motivo de orgullo y ejemplo para aquellos que se están formando en la vida; que tienen que aprender que con voluntad, esfuerzo, unión y perseverancia, se pueden llegar a cumplir las metas soñadas.
IMPORTANCIA GEOPOLÍTICA
Al abrirse una vía de comunicación aérea permanente con este Continente que era aislado hasta entonces, se dieron grandes posibilidades, no solo en lo que hace a la presencia Argentina en el territorio, con las actividades de investigaciones científicas y técnicas que se vienen realizando desde hace ya varios años, sino que nos permite cimentar nuestra soberanía, con hechos que antes eran imposibles de realizar.
ACTIVIDADES CIENTÍFICAS EN LA ANTÁRTIDA
La actividad científica en la Antártida se desarrolla en disciplinas tan variadas como Paleontología, Glaceología, Biología, Sismología, Vulcanología, Magnetología, Meteorología, Ozonosondeo y también Historia, porque la Historia es muy rica… y poco conocida en esos confines.
ARGENTINA CENTRO DEL MUNDO Considerando que la Tierra es una esfera, podemos realizar una proyección cenital equidistante con centro de la ciudad de Buenos Aires y aprovechando las mayores autonomías y seguridades logradas en el campo de la aviación, utilizar rutas aéreas sobre espacios hasta entonces ignorados para tal fin.