El concurso fue lanzado en el mes de marzo, en el que se presentaron más de 8.000 postulantes.
El Concurso Potenciar del Ministerio de Desarrollo Social estuvo destinado a personas desempleadas mayores de 40 años, con experiencia en los rubros de construcción, carpintería, herrería, gomería, gastronomía, jardinería o textil para que puedan obtener maquinarias y herramientas para poner en marcha sus emprendimientos.
Cada uno de los proyectos que se presentaron en el concurso, fueron analizados por una Comisión Evaluadora de cinco integrantes.
Además, cada beneficiario deberá donar, durante cuatro meses, el 20 % de su producción u 8 horas mensuales de trabajo a una institución sin fines de lucro de su elección.
En el caso de una de las ganadora, Gladys, eligió donar su tiempo a la parroquia San Cayetano donde decenas de personas concurren cada semana por alimentos y productos de higiene que les son entregados en bolsas de nylon que ahora serán reemplazadas por las de tela que confeccionará la mujer.
Gladys Estigarribia, una de las ganadoras del Concurso Potenciar del Ministerio de Desarrollo Social, tiene 51 años, vive con su marido electricista y dos hijos adolescentes, quienes la apoyan en todos sus proyectos.
La ganadora, en diálogo con la Agencia de Noticias Télam, sostuvo: “Hace dos años que estoy desempleada, porque tengo 51 años y por la experiencia que tengo estoy sobre calificada y para otras no tengo experiencia específica en lo que piden”.
Gladys, quien hace 6 años sobrevive con un pequeño emprendimiento textil que hoy está frenado por la pandemia y por eso cobra el IFE, dijo además como fue que se anotó en el concurso. “Fue mi papá fue el que mirando la tele vio al ministro de Desarrollo y me dijo ‘ahí están las máquinas que vos querés, así que anotate’. Al día siguiente lo hice y sentí la sensación de que lo iba a ganar y lo mismo me dijeron mis amigas”, dijo la mujer.
El pasado 2 de agosto se conocieron los 500 ganadores del concurso Potenciar para que desempleados mayores de 40 años con experiencia en diferentes oficios, pudieran acceder a herramientas para desarrollar sus emprendimientos.
“Yo siempre quise ayudar, así que me vino fantástico porque maté dos pájaros de un tiro: tengo lo que quiero y además voy a hacer obligada por el ministerio algo que yo realmente quería hacer”, indicó una de las ganadoras del concurso.
“A mí me devolvieron la dignidad laboral estas máquinas, porque en el campo normal no me dan trabajo digno; puedo ir a lavar pisos pero yo no quiero porque yo estudié, yo tengo conocimiento y experiencia“, finalizó Gladys.
