30 de octubre, 2023
Se conmemoran 40 años de la elección que marcó la recuperación de la democracia.
Este 30 de octubre, se celebran cuatro décadas desde las históricas elecciones de 1983, que dieron inicio a la recuperación de la democracia en Argentina. En una fecha que quedará grabada en la memoria colectiva, millones de argentinos acudieron a las urnas, resultando en la victoria de Raúl Alfonsín, quien asumió la presidencia el 10 de diciembre de ese mismo año. Este hito adquiere una especial relevancia en el contexto actual, a pocos días del balotaje entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza).
Hace exactamente cuatro décadas, la esperanza renacía en la sociedad argentina. Habían transcurrido diez años desde las últimas elecciones de 1973, cuando Juan Domingo Perón fue elegido presidente. Sin embargo, su mandato se vio interrumpido por su fallecimiento, seguido del breve interinato de María Estela Martínez de Perón y, finalmente, el golpe de Estado que dio inicio al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Este periodo estuvo marcado por una serie de acontecimientos abruptos, caóticos y violentos, enmarcados en una crisis económica de fondo.
La derrota en la Guerra de Malvinas contra el Reino Unido sumió al régimen militar en una profunda crisis, llevándolo al abismo. Esto marcó el fin de su ilegítimo control del Poder Ejecutivo y la necesidad de convocar a elecciones libres y democráticas para el 30 de octubre de 1983.
A pesar de la presencia de varios candidatos presidenciales en la contienda, la lucha por el Sillón de Rivadavia se polarizó entre el radical Raúl Alfonsín y el peronista Ítalo Luder. Raúl Alfonsín, originario de Chascomús, había competido previamente por la candidatura de la UCR en 1973, aunque había perdido en las internas contra Ricardo Balbín. Mientras tanto, Ítalo Luder, un abogado de Rafaela, emergió como la principal figura del peronismo, superando a Antonio Cafiero y asumiendo la responsabilidad de representar al PJ por primera vez desde la muerte de Perón.
En la campaña electoral, Alfonsín rodeó su candidatura de un destacado grupo de profesionales que aplicaron estrategias de publicidad para impulsar su postulación, mientras que Luder confió en el poder de movilización del peronismo.
En ese momento, el país estaba bajo el mando del dictador Reynaldo Benito Bignone, quien asumió la dirección de la dictadura después de la caída de Leopoldo Fortunato Galtieri tras la derrota en Malvinas. El 12 de julio de 1983, Bignone firmó el decreto-ley 22.847, convocando a elecciones generales para el domingo 30 de octubre.
Días antes de la ansiada vuelta a las urnas, tanto Alfonsín como Luder encabezaron masivos cierres de campaña en la Avenida 9 de Julio, dejando una huella en la historia por diferentes motivos. Mientras que el acto de Alfonsín se recuerda por su emotivo “rezo laico”, recitando el Preámbulo de la Constitución Nacional, la convocatoria peronista tuvo un inusual error político a cargo del candidato a gobernador bonaerense Herminio Iglesias, quien quemó un cajón con las siglas UCR y la leyenda “Alfonsín QEPD”.
El día de la elección, más del 85% de los 18 millones de ciudadanos habilitados para votar ejercieron su derecho, que había sido arrebatado por la dictadura militar. Estas elecciones se llevaron a cabo según el texto constitucional de 1957, impuesto durante la Revolución Libertadora, que establecía el sufragio indirecto y un mandato presidencial de seis años sin posibilidad de reelección inmediata. Sin embargo, el colegio de electores podría eludirse si uno de los candidatos obtenía 301 de los 600 asientos.
La jornada estuvo llena de expectación y esperanza, especialmente para aquellos jóvenes que habían crecido bajo el dominio de los regímenes militares. Ahora, como adultos, tenían la oportunidad de votar por primera vez.
Con una gran afluencia de votantes, Raúl Alfonsín obtuvo 345 electores y se convirtió en Presidente electo de forma automática. Fue la primera derrota del peronismo en las urnas.
El día después de estas históricas elecciones, Alfonsín se reunió con Luder para comprometerse a consolidar la unidad nacional y fortalecer la institucionalidad del país. Paralelamente, el entorno del radical inició conversaciones con la cúpula militar para planificar la transición.
La restauración formal de la democracia se materializó el 10 de diciembre de 1983, marcada por celebraciones que inundaron las calles y abrieron una nueva era en Argentina, caracterizada por una idea marcada por la gran mayoría de los habitantes de la nación que explicitan que, aun con sus malas administraciones, este es el mejor sistema político posible.
SE CONMEMORAN 40 AÑOS DE LA ELECCIÓN QUE MARCÓ LA RECUPERACIÓN DE LA DEMOCRACIA