Se nos fue el último héroe del automovilismo. También un político que se negó a ser candidato para presidente. Hacía cuatro años venía arrastrando problemas de salud. Un personaje muy particular que hace poco le había confiado al hermano, sobre su salud: “En cualquier momento me bajan la bandera a cuadros”.
Fue operado hace cuatro años en Estados Unidos, pero nunca terminó de mejorar. En ese lapso fue internado varias veces hasta que ya no pudo continuar en carrera. Además del automovilismo y de la política, había otra pasión en su vida. Era un hombre de campo. Nació en el Hospital Italiano de Santa Fe. Sus padres vivían en el campo de 500 hectáreas de su propiedad. Allí se crio el “Lole”. Iba a la escuela, a caballo o en bicicleta. Era una escuelita rural, que quedaba a seis kilómetros de su vivienda. En la estación Manucho, del ferrocarril General Belgrano. Le encantaba esa vida. A tal punto que cuando se retiró de la Fórmula 1 se instaló en su campo. Trabajaba codo a codo con los peones. Manejaba el tractor, andaba a caballo y no le hacía asco a cualquier actividad rural.
Junto a su hermano Enrique, rondando los 10/11 años armaron una pista en el campo y competían a bajar los tiempos manejando un Rastrojero. Fueron los primeros pininos con los fierros. Cuando terminaron la primaria, sus padres los enviaron como pupilos, al colegio de los jesuitas, de la Inmaculada Concepción de Santa Fe. Es muy posible que su carácter se haya forjado en esos claustros. En todas las actividades por él desarrolladas, en el correr de su vida, se mostró como una persona de pocas palabras, pero muy equilibrado y con profundos conocimientos sobre lo que realizaba. Como piloto de fórmula se destacó como una persona fría y calculadora. Con mucha disciplina y metodología. Resultó un gran tester de los misiles que conducía y era muy apreciado por los directores técnicos, de las distintas escuderías, que lo tuvieron como conductor de sus productos.
Terminado el secundario, volvió a la estancia paterna a trabajar en el campo. Comenzó a concurrir a ver las carreras de Turismo Carretera, en las zonas vecinas a su terruño. Se hizo amigo de Jorge Cupeiro que resultó su maestro para comenzar a incursionar en las competencias. Tenía 23 años cuando se decidió a probar suerte en el automovilismo deportivo. Se metió en un curso de piloto y despuntaba el vicio corriendo y ganando picadas en la Costanera. Los convenció a Eduardo y Américo Grossi, para que lo dejen debutar con un Fiat 1500 Berlina. Así lo hizo el 30 de mayo de 1965, en La Cumbre, Córdoba. Participó en la categoría Turismo Mejorado Grupo 2. Comenzó a mostrar sus condiciones.
El triunfo le llegó en la segunda carrera oficial que intervino. Esto fue el 11 de julio de 1965, a solo cuarenta días del debut. El escenario fue el circuito del Pan de Azúcar, de Carlos Paz. Al año siguiente se consagra campeón de Turismo Mejorado. Luego corre las 500 millas de Rafaela y en el Parque Independencia de Rosario, con un De Tomaso-Fiat. También salió campeón en 1967. Intentó ingresar en la tradicional categoría del Turismo Carretera con un Falcon, pero no le fue bien. En el año 1969 participa y logra consagrarse campeón en la Fórmula 2 Nacional. En 1970, el Automóvil Club Argentino, decide armar un equipo para participar en el Campeonato Europeo de Fórmula 2. Para insertarse en la elite del automovilismo, esta categoría, era la puerta de entrada.
Con el apoyo de YPF y del ACA, se fue formando el equipo. Teniendo como responsable del desafío a Héctor Staffa. Se compran dos chasis Brabham BT30, del año anterior, 1969. Los motores elegidos fueron los Cosworth 1.6 de 270 CV, de los cuales se adquirieron seis unidades. También se pensó en las cubiertas y se compraron 35 Firestone. Por si fuera poco, para contar con un team organizado y equipado, se completó con un camión Gardner-Gay, totalmente carrozado para transportar, por todas las pistas europeas, a los autos, repuestos y el personal que atendería a los autos. Un proyecto realmente bien ideado y equipado.
En estos tiempos no sería posible, salvo con una inversión muy grande. Para tener una idea acabada de la diferencia, en ese entonces, cada una de las máquinas, costó 2.950 libras esterlinas. Los pilotes elegidos resultaron ser el “Lole” Reutemann y Benedicto “Chiche” Caldarella. Ésos habían integrado el equipo del ACA, en el campeonato de 1919 de la Fórmula 2 Nacional. Caldarella venía del motociclismo y era un ganador nato en esa actividad. Debutan en el circuito de Hockenheim, Alemania el 12 de abril de 1970. Este año, el “Lole” terminó en el puesto 15° en el campeonato, con solo 3 puntos conquistados. Al año siguiente, 1971, Reutemann había aquilatado la experiencia de la anterior temporada y disputó las competencias mano a mano con los mejores. Consiguió subir a seis podios y un triunfo en el circuito de Albi, Francia, cuando ya contaba con el chasis BT36. Terminó en el segundo puesto del campeonato detrás de Ronnie Peterson.
En ese año, Caldarella no continuó en el equipo y lo reemplazó Carlos Ruesh. Que solamente alcanzó el cuarto puesto, en la segunda carrera disputada. Así termina la participación del equipo del ACA en las fórmulas europeas. Se logró colocar a un piloto argentino en el viejo continente, en la Fórmula 1. Reutemann fue contratado por la escudería Brabham de F1 en 1972. Luego se desempeñó por 11 años en la categoría, siempre al mismo nivel de los mejores. Continuó integrando los equipos de primera línea como Lotus, Ferrari y Williams. Alcanzó el subcampeonato en 1981 y al siguiente año decidió dejar de correr y volver al campo de Santa Fe.
La consigna de meter en la F1 al continuador de Fangio, se logró. Reutemann fue el de mayor rendimiento de los pilotos argentinos, después de Fangio. Algunos otros pilotos participaron también, pero no llegaron a integrarse en esta elite de una veintena de corredores que se sientan en las más sofisticadas máquinas de alta competencia. Hay cientos de miles de pilotos que quisieran sentarse en esas butacas. Solo unos pocos lo logran, “El Lole” fue uno de ellos. Después se dedicó a la política. Varias veces le ofrecieron candidatearse como presidente de la Nación. siempre dijo que no. Aunque es posible que hubiera tenido alguna chance para lograrlo. Nadie sabe qué hubiera pasado. Lo concreto es que no ocurrió. Fue gobernador dos veces de Santa Fe y también dos veces, senador por esa provincia.
Por Francisco Grillo
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