Detrás de las adopciones y eventos solidarios existe un grupo de personas que sostienen los mismos con esfuerzo convicción y dedicación. La historia del detrás de escena que pocos saben y la inagotable fuerza con la que trabajan. Los detalles.
Muchos eventos solidarios y mascotas felices. Familias que incorporan un nuevo integrante a la familia y niños sonriendo. Sin embargo la historia de los refugios es mucho más que eso.
La mayoría de los refugios de animales están ubicados en el conurbano bonaerense tales como los de Escobar o Moreno. Sin embargo en la provincia de Santa Fe existe uno también bastante grande y que realiza trabajos muy especiales con los animales.
La mayoría de refugios de animales nacen, por lo general, gracias al amor y compromiso de personas que no son indiferentes al abandono y padecimiento de los perros y gatos que ven en las calles. Ellas se acercan, consulta ,se reúnen y buscar formas de ayudar. Sin la ayuda de estas personas el sostenimiento de estos espacios sería imposible.
Asociación Protectora de Animales de Santa Fe por ejemplo existe desde 1973.Actualmente, junto a una veintena de personas, cuida a más de 700 animales.
En la provincia santafesina solo existía hasta el momento la perrera municipal. En el mismo no se les daba refugio sino que se les condenaba a la eutanasia a los animales. El mismo era considerado un lugar de muerte y no de recuperación ni inserción.
El trabajo de los refugios es rescatar animales en situación de calle y actuar ante denuncias de maltrato.
En la página de Facebook “Perros del Refugio en adopción” se difunden las fotos de todos los perros que esperan por una familia. Así los refugios trabajan en conjunto promocionando las actividades que realizan y concientizando sobre el cuidado a los animales y la ayuda que pueden brindar.
Lo que hacen desde la institución es brindarles atención médica, ayudarlos a recuperarse y finalmente les buscan adoptantes. “Hacemos lo imposible, pero siempre hay animales que mueren en el refugio por no ser adoptados”, lamenta una de las encargadas del refugio.
Sabiendo que aún falta concientizar sobre esta problemática, argumenta: “Nuestro trabajo es fomentar la adopción de los perros adultos, eso lo que más nos interesa”, revela y cuenta que los cachorros no se quedan en el predio “porque no está acondicionado para tenerlos ya que necesitan otro tipo de atención y temperatura”.
“Cuando hay cachorros los distribuimos en distintos tránsitos, cosa que se facilita gracias a las redes sociales. Mostrar sus caritas y difundir lo que hacemos logra que la gente se enganche más y también genera conciencia sobre lo que es el maltrato animal, el abandono y el trabajo del proteccionismo”, asegura la rescatista.
Otro de los grandes refugios es el de “Las Renatas”, de Escobar, Buenos Aires. Estos rescatan animales discapacitados y les buscan una familia.
Renata fue la primera perra que adoptó Grisel y que marcó su vida. “Gracias a ella descubrí lo que era el mundo de proteccionismo y me empecé involucrar. Veía cosas en las redes, pero no sabía bien qué pasaba con los animales que estaban en las calles, tan graves o atropellados. Veía que cuando pedían tránsito para un perrito sano o cachorrito aparecían rápido, no así cuando eran perritos que estaban muy mal. Así fue como decidí recibir en mi casa animales que estuvieron mal”, cuenta.
Así nació el refugio que vela por animales con discapacidad y enfermos terminales y que actualmente asiste a 73 perros.
Por otra parte la Asociación Protectora de Animales (Aprani) de Moreno, provincia de Buenos Aires nació por el deseo de una veterinaria, Alicia Barreto de ayudar a los animales que veía en las calles. El lugar hoy está en Francisco Álvarez y no tiene caniles.
“En mi refugio los animales están libres y felices”, relata la mujer, quien además rescató chanchos, pollos y conejos. “El predio tiene estufas salamandras en las distintas estructuras y cortamos leña en invierno para que están calentitos. Y en el verano les armamos las piletas”, cuenta.
El problema, según cuenta, es que esos perros puedan ser adoptados ya que están acostumbrados a gozar de mucho espacio. “Generalmente vienen personas de Capital que viven en departamentos, pero buscamos la manera de ‘urbanizar’ al perro que se irá a una nueva casa”.
A diferencia de otros refugios, como Alicia es veterinaria los animales cuentan con atención médica las 24 horas. “Además hay dos veterinarios que vienen a darme una mano, sobre todo cuando es necesario hacer consultas, análisis de sangre y todo lo que sea en caso que haya que operarlos”, asegura.
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