Hace más de diez años, La Boca busca la apertura de un jardín de infantes en el edificio de Almirante Brown y Suárez. La ley de expropiación venció, dejando en el olvido la posibilidad de construir el establecimiento educativo, crucial en un barrio con carencia de vacantes. Los vecinos, respaldados por diversas organizaciones, insisten en revivir el proyecto que, según afirman, cuenta con el respaldo unánime de la comunidad.
En el corazón de La Boca, el antiguo edificio de Almirante Brown y Suárez, testigo de un trágico incendio en 2009 que cobró la vida de seis niños, ha sido objeto de una prolongada lucha comunitaria. La ley de expropiación, concebida para transformar el lugar en un jardín de infantes, caducó, dejando a los vecinos en la incertidumbre respecto a la materialización de este ansiado proyecto.
La ley, vigente desde hace más de una década, nunca se llevó a cabo, y el plazo de expropiación expiró. Ahora, diversos grupos de La Boca, unidos en organizaciones como La Boca Resiste y Propone (LBRyP), claman por reactivar la iniciativa. Natalia Quinto, integrante de LBRyP, señala: “Todos los años tenemos terribles problemas de vacantes que se terminan judicializando y el hecho de que funcione un jardín ahí serviría para aliviar un poco esa situación. Desde el punto de vista urbanístico, además, hoy el edificio es una mole en una esquina que no tiene ninguna utilidad y que podría ser un edificio nuevo. Por donde lo mires es necesario, por eso reúne el consenso de todo el barrio.”
El edificio, antaño sede de un banco y posteriormente ocupado, permanece como un recordatorio tangible de la tragedia de 2009. Aunque la Legislatura porteña aprobó en 2012 una ley que lo declaraba de utilidad pública y sujeto a expropiación, esta nunca se materializó. Sorprendentemente, Diego Kravetz, actual secretario de Seguridad y jefe de la Policía porteña, firmó dicho proyecto, mientras que su esposa, Soledad Acuña, exministra de Educación, había respaldado una iniciativa similar en 2006.
Quinto de LBRyP destaca: “Fue ella quien, como funcionaria, no cumplió con la ley que se promulgó”. La ley de expropiación, sujeta a la legislación de la Ciudad, estipula un plazo límite de cinco años para su ejecución. Al haber dejado vencer este plazo, los vecinos sostienen que se necesita una nueva ley. A mediados de diciembre, LBRyP, junto a otros grupos barriales, realizó un acto para reclamar la reactivación del proyecto.
La escasez de vacantes para el nivel inicial en La Boca es un problema persistente, a pesar de la incorporación de dispositivos como los Centros de Desarrollo Infantil (CEDI) y Centros de Primera Infancia (CPI). Quinto subraya: “Son lugares en donde se cuida a los niños, donde se los deja con ese objetivo, pero sin proyecto pedagógico”. La falta de instituciones educativas y la crisis de vacantes han llevado a que La Boca esté en “emergencia urbanística y ambiental” desde 2006.
En un contexto de urgencia educativa y urbanística, La Boca busca revivir un proyecto que lleva más de una década en espera. El edificio de Almirante Brown y Suárez, testigo de tragedias y símbolo de luchas comunitarias, espera convertirse en un jardín de infantes que alivie la crítica situación de vacantes en el barrio. Los vecinos insisten en la necesidad de reactivar la propuesta, que, a pesar de contar con respaldo legislativo, se encuentra en un limbo burocrático que pone en riesgo el futuro educativo de los más pequeños en La Boca.
Por Visión Porteña
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