La semana pasada, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, en una de sus habituales conferencias de prensa, comunicó algunas de las facetas de lo que está ocurriendo con la enfermedad del COVID-19 en la ciudad de Buenos Aires.
El hecho más relevante para considerar es que, durante las dos semanas anteriores se habían estabilizados los casos de contagios en la Ciudad, incluso, comenzaron a descender sobre las cifras de algunos picos que se produjeron en algunos días. El ministro lo explicó con estas palabras: «Esta semana han vuelto a descender los casos, estamos en un promedio de mil casos por día». Llevamos una semana con menores casos que la semana anterior, eso se expresa en todos los indicadores de progresión de casos, tanto el R que en estos días está dando debajo de 1 y el tiempo de duplicación de casos que ha pasado los 40 días». Este es un dato muy alentador, pero debemos ser prudentes, así lo remarcó el propio Quirós. Nunca nada será definitivo hasta que desaparezca por completo la circulación del virus. Seguramente, ocurrirá cuando algunas de las candidatas a vacunas demuestren su eficacia y seguridad. A veces sucede que baja algunos días y después retoma el ascenso. Esta es la expresión de Fernán Quirós: «Tenemos un conjunto de indicadores que muestran que esta semana que ha pasado ha sido de disminución de casos respecto de la semana anterior, esto ya pasó hace dos semanas y volvió a crecer, con lo que hay que ser prudente».
«Rastreando, testeando y aislando”
El comportamiento es muy dispar. Pero seguramente deberá tener que ver, también, por la cantidad de testeos y la manera que se efectúan las cargas de los datos: «Al mismo tiempo que estamos haciendo un enorme esfuerzo rastreando, testeando y aislando una cantidad cada vez más grande de personas, toda la política de desandado de la Ciudad va acumulando las decisiones que tomaste unas semanas antes». Por otro lado, algún resultado positivo se nota en las cifras que están manejando en la Ciudad, porque hay algunas que han dejado de subir o se encuentran en proceso de descenso. Hay que seguir aplicando mayor cantidad de rastreos y testeos acompañados con la actitud, siempre alerta de las personas, en cumplir estrictamente con las prevenciones, en cuanto a distancia, barbijo, higiene, no participar en reuniones en lugares cerrados y todo lo que se necesario, para evitar el contagio. El virus es como el sol: «aunque no lo veamos, siempre está», pero, por supuesto, es mucho más peligroso y es necesario estar siempre atentos, porque el contagio se produce cuando la persona se confía y se transforma en vulnerable por incumplir alguno de los requisitos de prevención. Nada es gratis. Por otro lado, en línea con lo que decíamos en el comienzo de este párrafo, sobre las estadísticas, así lo dice el ministro: «Han descendido los casos, las camas de hoteles, han descendido las camas de internación general y aún no ocurrió con las camas de terapia intensiva porque está comprobado que tarda cuatro o cinco semanas en descender«.
La carga de datos
Respecto a la carga de datos, que puede afectar a la claridad de las estadísticas, como se está comentando sobre los datos de la provincia de Buenos Aires, Quirós se refiere a lo que ocurre en la Ciudad: «En los momentos de mayor actividad hay algún nivel de demora en la carga de datos. Cada jurisdicción trabaja en la corrección de esas demoras. Hay que trabajar mucho en cada lugar para hacer el curado de los datos, reacomodarlos en los días que corresponde, facilitar los cargados, estar sobre la estructura de los efectores para que lo hagan en tiempo y forma y mostrar con transparencia los datos a la gente para que sepan qué está sucediendo».
Sobre el regreso a clases
En una primera etapa, se tendrá en cuenta el caso de los 5.100 chicos que no se han adaptado a la modalidad virtual para mantenerse en contacto con las instituciones educativas. Esos niños han estado desconectados y necesitan recuperar, el poco o suficiente avance que pudieran haber conseguido sus compañeros. Por esa razón, para solucionar ese problema se diseñará un protocolo entre los ministerios de Salud de Nación y Ciudad, para que puedan asistir a clase en grupos pequeños, con turnos previamente tomados y las condiciones de distancia y prevención necesarias. Qurós, también se expresa sobre el particular: «Hay cinco mil niños que han perdido su foco y el interés con la escuela. El Estado porteño va a buscar uno por uno, puerta por puerta para comprender por qué no tienen vínculo con la escuela y ponernos a disposición para comprender esa situación y hacer una política pública para esas familias y esos niños para evitar al máximo la pérdida definitiva de la escuela».
Sobre las vacunas
Adelantando la opinión sobre la forma en que se asignarán las vacunas en la Ciudad y como se efectuará su aplicación, dijo: «Tendería a pensar que será una vacuna incluida en el calendario de vacunación nacional por lo que sería provista por el Estado Nacional». Es bueno que tenga en cuenta la forma en que se irá desarrollando el período previo a la aparición de la vacuna. Porque, es de suponer, que el escenario más optimista no puede ser de menos de seis meses. Dios quiera que sea cuanto antes. Pero en el caso que eso no ocurra, es un tiempo considerable y había que ir elaborando los protocolos que proteja a una mayor cantidad de habitantes que estarán circulando por la ciudad. Por crecer, de manera inevitable, por la apertura de nuevas actividades, el número de ciudadanos que estarán obligados a volver a sus tareas habituales. La exposición será mayor. En la misma medida deberá crecer la protección, el rastreo y la detección del virus. Es lo que se viene en la transición hasta la vacuna. Así opina, sobre el tema el ministro: «Es natural pensar que mientras no tengamos vacunas vamos a tener que tener una forma de vida, de circulación y de trabajo que no va a ser la misma que teníamos. Confío que vamos a aprender cómo manejarnos e ir desandando las limitaciones que tenemos en este período».
La manifestación del 17 de agosto
Sobre el efecto, en cuanto a la prevención por la pandemia, de la marcha que realizó una parte importante de la población reclamando «la defensa de la República y las libertades frente a la posibilidad de una reforma judicial», según lo expresado en las consignas, Quirós opinó: «Las emociones, las críticas, las opiniones y las manifestaciones tienen que ser expresadas en toda su magnitud porque eso también ayuda a mantener el equilibrio personal, pero hay que hacerlo con pleno cumplimiento de la normativa vigente. Idealmente que sea dentro de autos, si es en el espacio público con barbijo y distanciamiento«.
Por Francisco Grillo
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