noviembre 23, 2024
LA CIUDAD Noticias

Por la cuarentena, se observa más la presencia de roedores en las calles porteñas.

Desde que se implemento el aislamiento obligatorio, la fauna urbana avanza día a día. Este fenómeno se observa mucho en las zonas con restaurantes, temporalmente cerrados por la cuarentena, pero también se pueden ver ratas, cucarachas, polillas y alacranes en otras zonas de la Ciudad de Buenos Aires. Por este motivo, la Unión de Cámaras y Asociación de Buenos Aires en Manejo de Plagas (UCABA) expreso su reclamo ante las Autoridades Nacionales, para que el rubro de los exterminadores quedara exceptuado del aislamiento social. El viernes pasado el Gobierno porteño decidió habilitar el funcionamiento de ocho actividades de servicios esenciales, entre las cuales figuran la de servicios de fumigación y mantenimiento.
Según los Funcionarios del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, no se registró ningún aumento de plagas de roedores, pero señalaron que quizás se pudo observar más la presencia de ratas, ya que no hay gente en las calles y salieron más. Además aseguraron que las tareas de desratización en los espacios públicos, se siguen realizando diariamente a pesar de la cuarentena obligatoria. Las empresas de control plagas, informaron que reciben una mayor cantidad de llamados por la presencia de alacranes y roedores en los consorcios, pero esto no significa que haya más ratas, sino que tiene que ver con los cambios de hábitos de los porteños, debido al aislamiento social y obligatorio.
En el contexto de la pandemia del coronavirus, y con la medida preventiva del aislamiento social para apaciguar el número de casos de COVID-19, las plagas ganan las calles debido a la gran cantidad de restaurantes, bares y casas de comidas cerrados, que genera que haya menos residuos de restos de comida en los contenedores de basura, y los roedores buscan su alimento en las calles o en las viviendas. Las ratas pueden roer gomas de burletes y durlock, metales finos, y maderas, no solo para comer sino porque necesitan gastar sus dientes, que crecen casi un centímetro por mes. Ante el acoso de estas especies autóctonas de nuestra Ciudad, la reciente habilitación de las empresas de control domestico de plagas, fue una medida extremadamente necesaria, ante esta situación inusual del aislamiento social.

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