Dentro del marco de la investigación por el crimen del joven Lucas González, pidieron ahora la detención de 8 policías, entre los que se encuentran dos comisarios.
El motivo de la detención que plantea la fiscalía es por “encubrimiento agravado”.
Dentro del marco de la investigación de la causa por el homicidio de Lucas González, Leonel Gómez Barbella, fiscal de instrucción 32, pidió ayer sábado, la detención de otros ocho efectivos de la misma fuerza por el encubrimiento del crimen.
Lucas González, el adolescente de 17 años, fue asesinado de un balazo por efectivos de la Policía de la Ciudad, por lo que el fiscal pidió la detención inmediata del comisario inspector Daniel Santana; del comisario Rodolfo Ozan; del subcomisario Ramón Chocobar; de los principales Teresa Scorza y Damián Lobos; del oficial mayor Santos Ochoa; del oficial primero Ernesto Martínez y del oficial Sebastián Baidon.
A su vez, Gómez Barbella señaló que “Los policías aquí acusados fueron quienes participaron en este procedimiento fraguado donde se continuó con la línea falaz instalada por (Gabriel) Issasi, (José) Nievas y (Fabián) López aparentando como un ´tiroteo´ entre los niños y los policías y para reforzar ese escenario armado, les plantaron el arma de cotillón dentro del rodado en el que iban Lucas, Julián, Joaquín y Niven”.
Además, Gómez Barbella se refirió a los “tormentos” que tuvieron que sufrir Lucas y sus amigos, sobre lo que dijo que el testimonio de una vecina del lugar, del cual se desprende “que los niños permanecieron detenidos y esposados, boca abajo desde el comienzo del procedimiento hasta horas del mediodía en donde allí mismo también les propiciaron las frases tendientes a imponerles graves sufrimientos psíquicos”.
Asimismo, el diálogo con la agencia de noticias Télam, el fiscal dijo: “No olvidemos la situación penosa que debieron sufrir esposados boca abajo y luego sentados esposados durante más de dos horas en una vereda y por siete horas dentro de un patrullero -en total más de 10 horas- allí sin poder comer ni beber absolutamente nada y con un calor agobiante e inhumano, como lo indicaron durante la reconstrucción y en las exposiciones ante el Instituto Inchausti”.