Por Carlos Alberto GAMALLO PEÑA*
La escuela del Siglo XX, de ayer, fue exitosa para esa época, era coherente con las demandas de la sociedad. Se pasó de una escuela etiquetadora, segregacionista a otra escuela que intenta incluir.
En la escuela de ayer el conocimiento se incorporaba a través del ejercicio de la memoria y la repetición. Prevalecía la homogeneidad, la valoración del contenido, la eficiencia, los métodos, las técnicas, los objetivos, etc. El paradigma educativo de la escuela del Siglo XX estaba ordenado verticalmente en un modelo de enseñanza uniforme, igual para todos, homogénea, con predominio de selección, clasificación y jerarquización de los alumnos.
Una educación POSMODERNA toma en cuenta la diversidad cultural (educación multicultural). Es necesario construir comunidades para aprender estableciendo valores inclusivos, para lograr una “ESCUELA PARA TODOS” trabajando y respetando la diversidad, las distintas culturas, significados, valores, costumbres, diferencias, singularidades que incluyan la vida individual y colectiva de la comunidad de la escuela en su totalidad y del aula en particular para llegar a verdaderas comunidades de aprendizaje.
En las escuelas inclusivas es necesario la participación activa de toda la comunidad escolar y el Proyecto Escuela y el Proyecto Curricular Institucional debe contemplar a toda la comunidad educativa.
La escuela del Siglo XXI, de hoy, es la “ESCUELA INCLUSIVA EN Y PARA LA DIVERSIDAD”, aquella que educa a todos los alumnos dentro de un sistema educativo y es un lugar a que todos pertenecen, aceptados y apoyados por sus compañeros y con la comunidad escolar y donde cada alumno que asista a la escuela se sienta formando parte de un todo, no excluido.
El nuevo alumno, el de la POSMODERNIDAD que conoce, investiga y aprende de manera distinta requiriendo una formación docente centrada en el niño, y el maestro debe estar capacitado para incluir a todos los niños en el proceso de aprender, como así también es importante el conocimiento del contexto social y cultural de la escuela. Pasar de la cultura del individualismo a la cultura de la colaboración (TRABAJO COLABORATIVO), trabajar con el otro, con los otros.
El mismo alumno puede presentar dificultades en una escuela y no en otra, dependiendo de cómo se abordan cada uno de los obstáculos, barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado.
Muchos alumnos tienen dificultades porque no se tienen en cuenta sus diferencias en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los grupos sociales, etnias y diversas culturas tienen normas, valores, creencias y distintos comportamientos que no forman parte de la cultura escolar y esto puede conducir a la exclusión.
Pensar la escuela de hoy como una unidad de cambio garantizando una buena calidad de educación para todos, garante de la diversidad.
LA ESCUELA PARA EL CAMBIO debe considerarse como un espacio de encuentro, de reflexión conjunta, de respeto de unos a otros, de interacción profesional, valorando y respetando la diversidad, pero también la singularidad de los que allí enseñan y aprenden.
Una escuela inclusiva educa a todos los alumnos dentro de un único sistema educativo proporcionando programas educativos estimulantes adecuados a sus capacidades y necesidades, brindándoles dispositivos de apoyo y de ayuda a los alumnos y profesores.
A MODO DE CIERRE: Uno de los grandes desafíos de la educación del Siglo XXI es la EDUCACION INCLUSIVA que nos permita pensar en una “ESCUELA UNICA PARA TODOS”.
Una propuesta de cambio en la atención de todos los alumnos y no solo de aquellos con discapacidad a las escuelas comunes, con el fin de lograr eliminar y minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todos los alumnos.
*Prof. Psicopedagogo
EX- Vicedirector Escuela N° 14 D.E. 11
“Hogar Naval Stella Maris”