26 de enero, 2023
Por Facu Soto
Pedro Aznar es un cantante, multiinstrumentista, compositor y poeta argentino. Fue integrante de los grupos Madre Atómica, Alas, Serú Girán, Spinetta Jade y Pat Metheny Group y desde 1993 está dedicado por completo a su carrera como solista.
No voy a cantarle a tu culo, canta Pedro; pero lo hace. Es un chiste, una ironía cuando canta como si fuese un regetonero colombiano, pero la intensidad de la letra no pasa desapercibida; mantiene los valores hippies (tan desactualizados y olvidados en nuestra época como valiosos y ansiados, como el rescate del amor sobre la figura física o la medida del pene). La competencia por conquistar cuerpos heteronormados, moldeados por la cultura con fines más comerciales que estéticos, depara un malestar intenso donde la soledad predomina frente a tanta exigencia e insatisfacción. La propuesta de Pedro parece ir en la vereda de enfrente, rescatando los valores ya mencionados. Claro que lo hace con un ritmo, un género, que no es el que estamos acostumbrados a escuchar, viniendo de Pedro. ¿Pero por qué pedirle más de lo mismo? ¿Por qué esperar que siga haciendo música difícil de tocar, llena de virtuosismo y a veces difícil de cantar?
Pedro tiene derecho a tocar lo que se le dé la gana. Es un placer que nos sorprenda con lo que quiera. El problema es de la gente, los viejos rockeros, que antes criticaban a Serú Girán cuando apareció con música propia, marcando su sello, y no replicaba las melodías adolescentes (piano, guitarra y flauta) de Sui Géneris. El problema es esperar que nos den lo que queremos oír y no disfrutar de las diferencias.
Personalmente no me gusta el género reggaetón, pero hecho por Palo Pandolfo es un placer, porque lleva su impronta, su mensaje, su fuerza; y apenas me doy cuenta que es un género que no me gusta. Es como la gente joven que dice: “Yo no me enamoro de los géneros (masculino, femenino, es decir lo que tienen o no tienen entre las piernas) sino que me enamoro de las personas”. A mí me gustan las canciones, y la verdad, es que el nuevo corte de Pedro me gusta. Tiene sonidos interesantes, ritmo, armonía, melodía, intensidad, buena letra. Una genialidad.
Si el comentario viene de los “jóvenes de ayer” (es decir, de antes de ayer, los tangueros): vaya y pase. Suelen ser personas muy estructuradas que no gustan de lo novedoso. Llegaron a decir que Piazzola no era tanguero, que no hacía tango porque lo hacía de otro modo, sin repetir el formato rancio y tradicional.
Lo que me resulta extraño es que gente como Fabi Cantilo, que estuvo en la cresta de la ola, también critique lo nuevo, que se haya olvidado que los diferentes modos de expresión no tienen límites. Dalí pintaba sobre telas, pero también sobre papel y cuando no le alcanzó este formato trabajó con otros materiales haciendo esculturas y hasta performance (recordemos el rinoceronte atravesando la tela y la cámara que lo grababa todo). Criticar, decía Charly, es de mal gusto. Y él fue muy criticado por todo lo que hizo, porque siempre estuvo a la vanguardia. Por favor, dejen de criticar, dejen hacer, crear y divertirse a lxs demás. Acepten las ironías, los juegos y hagan algo propio. Y a ver si ese algo propio le llega a los talones a lo que hizo Dalí o Pedro Aznar.
