Últimamente las decisiones tomadas en este campo lejos de empatizar y de establecer una línea de equilibrio-tan delicada y por momentos difícil-, pero posible, desde la capacitación, idoneidad e independencia, generan nuevas problemáticas donde se advierte con claridad también, la fractura del sentido común y de la sensibilidad para el abordaje de cuestiones humanas.
La historia comenzó a recorrer los diferentes medios de comunicación, y no es para menos.
El matrimonio conformado por Mariana y Marcelo Ikonicoff a través del Programa Acogimiento Familiar, impulsado por el GCBA, recibieron en su domicilio a una beba de un mes, y tres años después, un juez ordenó que la pequeña fuera dada en adopción.
Tres años son más que suficientes para generar un vínculo, pero…el juzgado interviniente demora en darle una definición al caso conocido como “Mimi”-para preservar la identidad de la criatura-.
Al respecto Mariana señaló:”Sólo le pido a algunos de los jueces que tengan sentido de humanidad…Que tengan piedad por lo que está viviendo esa niña y lo que estamos pasando nosotros, éramos una familia”…
En 2015 la pareja se inscribió en el proyecto, a través de la ONG Familias Abiertas, su actividad está basada principalmente en el acompañamiento de niños en vulnerabilidad o que están siendo judicializados, mientras se prolongue el proceso, pero el tiempo determinado para la guarda no deberá superar los seis meses.
Pasaron tres años, de aquel momento cuando Mimi llegó al hogar de Mariana y Marcelo. De todas maneras, en la medida que iba creciendo y desarrollándose, sus “tutores” le comentaban que su estadía en la casa sería transitoria. Cada vez que se dialogaba al respecto, se angustiaba muchísimo…”Y no se cansaba de repetir que ellos eran su familia”.
En 2020 con pandemia y la cuarentena al matrimonio le resultó imposible ver al algún juez. Y de pronto, el 15 de noviembre, se les informa que judicialmente se había cerrado el pedido de la familia biológica y que además se había decidido que la niña fuera dada en adopción.
A los tres días de esta disposición, llegaron al domicilio de la pareja dos hombres-un integrante de la ONG y un abogado-para llevarse a Mimi.
Sobre ese triste y violento día, Mariana manifestó: “Fue tremendo, Mimi no paraba de llorar, nos agarraba fuerte, querían llevarla por la fuerza, sentí que tenía que llevarla yo misma hacia el auto, le dije que iba estar bien, que yo la amaba y que siempre la iba a amar”
Luego de haber padecido semejante situación, los Ikonicoff presentaron un pedido de restitución, fue rechazado. Ahora es la Cámara de Apelaciones la que deberá decidir si Mimi vuelve con Mariana y Marcelo, o no.
Cabe precisar que desde el día que retiraron a la nena del hogar que compartía desde hace tres años en familia con los Ikonicoff, nada se sabe de ella, les bloquearon los celulares, no recibieron ningún tipo de respuesta. Es más, se reunieron con representantes del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos y la devolución obtenida fue: “La culpa es de ustedes por haber generado un vínculo”.
Qué tremendo daño se le está haciendo a la menor, a los tutores…a la sociedad en su conjunto…cuando la justicia no es justicia…
Por Buen Ciudadano
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