27 de febrero, 2021
Desde hace algunos meses, lxs vecinos del barrio Parque Chacabuco se vienen reuniendo colectivamente para tratar el problema de la inserción de torres en el barrio, ya que se verá afectada la calidad de vida, el paisaje identitario barrial, las redes de servicios y el entramado comunitario; en una zona que no es edificable para edificios, pero en una esquina se violó el código.
Todos los viernes, desde las 17 hs. en la esquina de Curapaligue y Asamblea, a solo una cuadra de donde los proyectos inmobiliarios de gran impacto ambiental amenazan con la identidad patrimonial del barrio y se ponen en riesgo la prestación de servicios públicos, se reúnen los vecinos que cada vez más abiertos a la diversidad, invitan grupos a tocar y a cantar en un marco de amistad y conciencia política y ciudadana.
Entre chicxs con pulseras de los 7 colores y consignas de apertura a la diversidad le dicen: “No a las torres en Parque Chacabuco: Por una real participación ciudadana”, gritan y reparten volantes escritos con lenguaje inclusivo donde se lee: “Por el beneficio de todxs y no de algunxs. Sumate a la defensa de nuestro barrio”.
Lo que pudo investigar www.buenosairesinclusiva.com.ar es que, si bien el código prohíbe la construcción de edificios en la zona, en la esquina de Asamblea y Pumacahua se estaba llevando adelante la construcción de una enorme torre, la empresa constructora presentó un plano que no era el que estaban ejecutando en la zona. Hicieron lo mismo con el seguro. Dadas las firmas reclutadas se detuvo la obra, por ahora; pero la lucha continua.
“Si nadie reclama por nuestros derechos, somos nosotrxs lxs que tenemos que hacerlo… Si nadie hubiese reclamado igualdad de derechos para que personas del mismo género nos pudiéramos casar, todavía seguiríamos por fuera de la ley, tratadxs como anormales y enfermxs. Y no queremos que nos saquen luz y que se llene de conejeras nuestro barrio, donde con mucho esfuerzo nos pudimos comprar nuestras casas. Además, la ley lo dice: es zona no edificable, pero esta empresa se caga en eso. Y además, también en el personal que trabajaba, que no contaba con las normas de seguridad ni les pagaban los días feriados… Pero esa es otra historia…”, dice una vecina no binarie del barrio mientras le saca un plástico de la boca a su perro que quiere comer como si fuese carne.