Lo realizó el muralista Maximiliano Bagnasco, quien ya había pintado la figura más grande de Diego Maradona, contó los detalles de su obra en la esquina de Darwin y Cabrera en el barrio porteño de Palermo que ya dio la vuelta al mundo.
El artista Maximiliano Bagnasco planificó la obra con una confianza absoluta en que la Selección Argentina se impondría ante Francia en la final del Mundial Qatar 2022 y esa victoria le daría el impulso para salir a las calles a hacer su trabajo: retratar a los personajes más importantes de la historia en la calle. Lo hizo con Diego Maradona, en murales que dieron la vuelta al mundo, y ahora lo hizo nuevamente, aunque esta vez con Lionel Messi como protagonista.
Cuando el domingo 18 de diciembre Lionel Messi logró abrazar la Copa del Mundo, Bagnasco le dedicó apenas un ratito a festejar como hicieron millones de personas en todo el país y luego volvió a su idea, que ya venía pensando desde hacía meses y dijo: “Ya venía diciendo que este era el año del Mundial, sentía que íbamos a ganarlo, pero en los días previos fui pensando y coordinando para hacer el mural”.
A su vez, sobre el diseño que realizó Bagnasco contó que “El domingo de la final lo primero que pensaba era quedarme viendo imágenes de la entrega de la copa para ver qué fotos me gustaban. Salí a festejar un poco, pero quería preparar esto. Lo que me mueve es lo lindo de saber que estoy preparando algo para la gente, que la idea estaba en silencio, pero que en un momento se iban a enterar. No imaginaba que tendría tanta repercusión. Me gusta mantener la idea en silencio para que sea una sorpresa, como un regalo”.
Luego de analizar muchas de las fotos de la consagración, Bagnasco se definió por una foto en la que se observa a Messi con el trofeo sostenido en lo alto con ambos brazos. En ella Emiliano “Dibu” Martínez, se ve detrás con una sonrisa pícara, ojos cerrados y las manos arriba. Es el momento en que Messi levantó la copa del mundo junto a sus compañeros y todavía tenía puesto el bisht, la capa negra y semitransparente con detalles en oro que el emir le colocó instantes antes de que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, finalmente le entregue la copa.
Los murales de Bagnasco tienen la particularidad de ser muy detallistas y realistas, como el de Maradona que se vio en todos los medios del mundo. En su propia voz cuenta la experiencia: “Este tipo de murales me puede llevar dos días y medio. Pero en el último tramo pude trabajar muy poco, porque venía mucha gente que quería sacarse una foto”.
Este mural de Messi, ubicado en la esquina de Darwin y Gorriti, en el barrio porteño de Palermo, con la Copa del Mundo en la mano quedará en el registro como el primero en el mundo con el rosarino alzando la copa. Mide seis metros de alto por cinco y medio de ancho. “Es chico, en comparación con los últimos que hice, que son enormes”, dice el muralista. En efecto, meses atrás Bagnasco pintó un Maradona gigante en un edificio de 10 pisos al costado de la Ruta 58, en el partido de Canning, provincia de Buenos Aires.
Por Visión Porteña
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