El próximo martes 22 de agosto, el Gobierno de la Ciudad publicará en el Boletín Oficial, un llamado a licitación pública para la compra de 96 coches nuevos con aire acondicionado, para toda la Línea B de los Subterráneos porteños. Se trata de 16 formaciones de seis vagones cada una, que reemplazarán a los antiguos Mitsubishi que habían sido adquiridos por el Estado Nacional a mediados de la década del noventa, para modernizar su flota y reemplazar a los históricos Metropolitan-Cammell, Osgood-Bradley de origen inglés, y a los entonces no tan antiguos Siemens FM de fabricación nacional. Esta iniciativa beneficiará a más de 220.000 pasajeros que utilizan diariamente la Línea B (Alem-Juan Manuel de Rosas). La apertura de las ofertas se realizará el 20 de diciembre, y la primera formación deberá estar en funcionamiento a los veinte meses del inicio de la licitación de la empresa ganadora.
Cada vagón deberá ser de acero inoxidable o aluminio, tener aire acondicionado, cámaras de seguridad, sistema de información visual y auditivo para los pasajeros, iluminación led, asientos dispuestos de manera longitudinal, sistema de señales Automatic Train Protection (ATP) que supervisa la conducción y aplica el freno de emergencia o impide otras acciones, cuando no se cumple las condiciones de seguridad. Por otra parte, las dimensiones máximas del material rodante deben ser de 2,6 metros de ancho, 2,3 de altura y un mínimo de 17 metros de largo. Cada coche deberá tener cuatro puertas por lado y las cabinas de conducción, dos puertas laterales.
El 16 de octubre de 1928 se inició la construcción de la Línea B de Subtes en las cercanías del Cementerio de la Chacarita, a cargo del contratista norteamericano Dwight P. Robinson. El 17 de octubre de 1930 se realizó el primer servicio público de su primera sección, Federico Lacroze-Av. Callao. El 22 de junio de 1931, la Línea B fue extendida a Carlos Pellegrini, y en diciembre de ese año, llegó a la actual Estación Leandro N. Alem. La Línea B no está conectada a las demás Líneas de la red sino al Ferrocarril Urquiza y fue la única Línea del Subte porteño, pensada para transportar cargas de frutas y verduras, procedentes de la Mesopotamia al viejo Mercado de Abasto, gracias a la construcción de un enlace que comunicaba la Estación Agüero con los sótanos del mercado, que fue clausurado en 1952 debido a un incendio.