El Museo Larreta, ubicado en el barrio de Belgrano, es un fascinante palacio neocolonial que encierra una historia cautivadora y una colección de arte español de gran valor. Construido en 1886 bajo la dirección del arquitecto Ernesto Bunge, esta casa neocolonial se levanta en la esquina de Juramento y Vuelta de Obligado, frente a la icónica Iglesia de la Inmaculada Concepción, conocida como la Iglesia Redonda.
Inicialmente concebida como una residencia de verano para los suegros del arquitecto, la casa experimentó una remodelación en 1916 que le otorgó su apariencia actual. Se agregó un amplio portal de madera con molduras y ornamentos peruanos, así como una puerta verde adintelada con arco escarzano. El diseño barroco del pórtico se asemeja al de la desaparecida Casa Basavilbaso, también conocida como Aduana Vieja.
El Museo Larreta, además de su impresionante arquitectura, alberga una colección excepcional de objetos artísticos que reflejan el Renacimiento y el Barroco español. Esta colección incluye mobiliario, tapices, armas, cerámica, pinturas y esculturas adquiridas por Enrique Larreta durante su estadía en España y su afición por el arte. Desde su regreso a Buenos Aires, la residencia se ha convertido en un verdadero tesoro cultural, enriquecido con valiosas adquisiciones, donaciones y traslados.
El interior de la casa ha sido meticulosamente ambientado para recrear el espíritu del Siglo de Oro español. Las diferentes salas, como el Salón Azul, el Oratorio, el Salón Rojo, el Escritorio, el Comedor y la Biblioteca, están decoradas con piezas de arte y mobiliario que evocan esa época. Incluso los antiguos dormitorios han sido transformados en espacios para exposiciones temporales.
Uno de los aspectos más destacados del Museo Larreta es su excepcional jardín, diseñado siguiendo los cánones de la tradición hispano-islámica. Con un total de 701 metros lineales de verde boj, un arbusto típicamente utilizado para construir paredes, el jardín es un remanso de paz y belleza. En él conviven plantas nativas argentinas, como el ombú y el palo borracho, con especies exóticas traídas de lugares lejanos, como la camelia, el níspero de Japón y la glicina de China. Los senderos del jardín invitan a los visitantes a perderse en un laberinto de simbolismos y tradiciones que se remontan a la Edad Media.
El Museo Larreta no solo cautiva a los amantes del arte y la cultura, sino que también ofrece un espacio de conexión con la naturaleza y la historia. Sus salas y jardines son testigos de la pasión de Enrique Larreta por el arte español y su deseo de compartirlo con el público. Este tesoro del renacimiento español en pleno corazón de Belgrano es una visita obligada para aquellos que buscan sumergirse en la belleza y la riqueza cultural de una época pasada.
Por Visión Porteña
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