A 20 años del triple crimen, vecinos y familiares de las víctimas realizarán una jornada de recordación que comenzará el miércoles 29 de diciembre a las 17 en Gaona y Bahía Blanca.
El lema del encuentro es “Basta de violencia institucional, una deuda de la democracia, un riesgo para nuestros jóvenes”, donde vecinos, familiares y amigos llevarán adelante una jornada de recordación a 20 años de la Masacre de Floresta. Las actividades iniciarán el miércoles 29 de diciembre a las 17 en Gaona y Bahía Blanca.
La esquina será el lugar donde se inaugurarán un conjunto de piezas de señalización durante un acto donde estarán presentes familiares, invitados y funcionarios.
Para las 19 hs está programada una misa conmemorativa en Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria (Bahía Blanca y Avellaneda). Luego se realizará una marcha de antorchas desde el templo hacia la Plaza del Corralón de Floresta (Gaona 4600). Allí a las 20 se inaugurará un mural y habrá un festival con diversas propuestas.
Desde la organización invitan a los vecinos a participar de la jornada: “convocamos a la comunidad a participar de las actividades que se realizarán el próximo 29 de diciembre, para acompañar a las familias de Maxi, Cristian y Adrián, y expresarnos en contra de la violencia policial, que debemos erradicar para construir una sociedad mejor”.
La Masacre de Floresta sucedió el 29 de diciembre de 2001. El autor de los asesinatos fue el entonces suboficial retirado Juan de Dios Velaztiqui. El hecho ocurrió en una estación de servicio en Gaona y Bahía Blanca, donde el efectivo prestaba servicios adicionales de custodia.
Para los cuatro amigos era una noche como cualquier otra. Habían ido a jugar al pool, a escuchar un poco de música. Uno de ellos, Maximiliano Tasca (25), estaba exultante porque se había recibido hacía poco de Licenciado en Relaciones Internacionales. En un momento se van y cruzan la calle, hacia el kiosko de la estación de servicio a tomar unas cervezas. Se sentaron a ver la televisión. En la pantalla había incidentes y represión en Plaza de Mayo, una postal habitual de la crisis que finalizó con la caída del gobierno aliancista de Fernando de la Rúa.
“Está bien. Por los 33 que mataron el otro día…“, dijo en voz alta Maxi Tasca sobre la transmisión, donde las imágenes mostraban a varios manifestantes golpeando a un policía. Estaba fresco el recuerdo del 19 y 20 de diciembre. Velaztiqui estaba detrás, cerca de una columna, tomando una Coca-Cola y comiendo un alfajor helado.
No hubo discusión. Al grito de “¡basta!“, el ex policía se levantó y, en menos de un minuto, disparó a quemarropa contra los cuatro. Primero le dio a Tasca, a quien fusiló con un balazo a 40 cm de la nuca; siguió con Cristian Gómez (25) que, asustado, se tapó el rostro y un tiro le entró por la axila. El tercero fue Adrián Matassa (23). La descarga le hirió de muerte en el abdomen y falleció al día siguiente en el Hospital Álvarez. El cuarto joven, Enrique Díaz, huyó y se salvó de milagro; los proyectiles no dieron en el blanco. Gómez estuvo vivo por unos segundos más, pero el suboficial lo vio moverse y lo remató.
Díaz en el juicio declaró que Tasca se había burlado en voz alta, al ver imágenes en la TV, de un policía golpeado en la Plaza de Mayo, pero aclaró: “Ninguno de nosotros le dirigimos la palabra (a Velaztiqui); no lo teníamos presente”.
Juan de Dios Velaztiqui fue condenado a cadena perpetua, sin embargo, después de cumplir casi 10 años en la cárcel, al suboficial de la Policía Federal le concedieron la prisión domiciliaria en agosto de 2012 por su avanzada edad (tenía 72 años aquel año). Desde entonces vive en la localidad bonaerense Berazategui, en la casa de una hija. Silvia Irigaray, madre de Maximiliano Tasca e integrante de Madres del Dolor, en ese momento dijo: “Él está con vida y nuestros hijos están muertos. El castigo no fue para siempre, la perpetua la tuvieron Cristian, Adrián y Maxi”.
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