Te preguntarás de donde surge este nuevo término que quizás escuchás por primera vez, pues bien, es un juego de palabras que significa la nueva adolescencia de los adultos, entrados en los 50 años en adelante.
Es una franja de personas que ya está de vuelta de muchas cuestiones.
Ya tuvieron hijos y estos hacen su vida.
Ya se casaron… ya se separaron.
Ya tuvieron un trabajo demandante en relación de dependencia.
Ya fueron abrumados por las exigencias que implicaba formar una familia.
Ya hicieron lo que debían.
Y se encuentran ahora sueltos, libres, emprendiendo, plenos y ¡están dispuestos a hacer lo que se les de la real gana!
Se permiten estudiar lo que realmente los apasiona.
Vivir del hobby que les quitaba horas de sueño y todos sus ahorros.
Viajar solo o con amigos en completa comunión con el paisaje.
Practicar un deporte diferente solo por el mero placer de intentarlo y que les salga bien.
Convertirse en someliers de vinos, tés y otros brebajes y compartir ese nuevo talento con sus invitados.
Ir a comprar delicatesen a los mercados barriales y cocinarse un plato gourmet en compañía de su mascota.
Desempolvar ese instrumento musical y practicar acordes, que sabe lo calman luego de una día agitado.
Emprolijarse el look en una barbería, renovar el estilo con una asesora de imagen.
Hoy tener 50, 60, 70 y 80 implica capitalizar la experiencia, descontracturar y convertirse en seres sabios dignos de honrar el género.
Cuentan todos ustedes con mis más merecidos ¡aplausos de pie!
Con afecto,
Noelia de la Fuente, Psicóloga Social.