Se trata de la famosa manzana 66 de barrio de Balvanera, situada entre las calles Moreno, Catamarca, avenida Jujuy y Belgrano. Esta plaza de más de una hectárea beneficiara a los 187.000 vecinos de la comuna 3 y creara más de 100 nuevos puestos laborales. La Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) es el barrio con la menor cantidad de espacios verdes de la ciudad.
Este terreno que estaba abandonado durante años, denominado como la manzana 66 en el Registro Catastral de la ciudad, estaba conformada por decenas de terrenos y casas que algunas llegaban a tener hasta 50 metros de fondo. Un grupo inversionista fue comprando esas propiedades una a una para demolerlas, hasta llegar a la totalidad de la manzana, solo quedaron en pie las fachadas de los negocios y casas, pero vacías en su interior. Su objetivo era construir un micro estadio cerrado para más de 18.000 personas, pero mientras esperaban la autorización de la legislatura porteña lo alquilaron para que funcionara un complejo de canchas de futbol.
Los vecinos alertados con lo que estaba sucediendo consiguieron presentar un proyecto de ley para construir una plaza que fue aprobado y así adquirir un nuevo espacio verde para el barrio.
Lo que en un comienzo iba a ser un micro estadio hoy es un parque con 88 árboles plantados, estaciones aeróbicas, ajedrez, mesas de ping pong, conexión wi –fi, un circuito atlético, bebederos, un área de juego infantiles, cámaras de seguridad y próximamente comenzara la licitación para la construcción de un colegio en la esquina del parque sobre las calles Catamarca y avenida Belgrano, y que se tiene previsto inaugurar para el año 2020. De esta forma la manzana 66 estará conformada en un 90% de parque y un 10% sería el espacio que ocupara la escuela. También se logro mejorar la movilidad peatonal ensanchando las veredas y reubicando las paradas de los transportes públicos
Este nuevo espacio verde fue bautizado con el nombre de “Plaza de los vecinos”, y tiene un diseño artístico construido por el artista plástico Pablo Squier, que es también vecino del barrio de Balvanera y que dono su diseño. Según Squier quiso reflejar con una serie de senderos que no llevan a ningún lado y la contracara de la idea de parecer una isla y a la vez un lugar para quedarse, a esta plaza en una obra de arte en si misma que se complementa con la gente.
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