noviembre 22, 2024
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LOS ÚLTIMOS DÍAS DE CHÉJOV EN TEATRO

19 de mayo, 2022

LOS ÚLTIMOS DÍAS
DE ANTON CHÉJOV

“Un
hombre se prepara para morir, pero la vida lo interrumpe” es la frase que
Chéjov  repite como un loop y que nos
permite tomar conciencia de la muerte, y por ende de la vida. Fue Raymond
Carver en “Tres rosas amarillas” que reconstruyó los últimos días –en realidad-
las últimas horas de su escritor favorito (Anton Chéjov). Jorge Lanata lo había
hecho en Plaroids con el cuento que
le dedicó a las últimas horas de Oscar Wilde, cuando se enteró que lo iban a
llevar preso, y teniendo la oportunidad de huir y ser un prófugo prefirió
quedarse, afrontar la situación y defender lo que él creía justo. Antonio
Tabucchi también se metió con el tema de la muerte, y lo que le pasa a una
persona –que él admira y reconoce- en los últimos instantes, cuando está a
punto de abandonar el planeta. Tabucchi escribió Los tres últimos días de Fernando Pessoa. La historieta de Daniel
Perrotta Los últimos días trabaja los
últimos días de escritores gay, desde Mishima –que era bisexual- hasta Néstor
Perlongher, pasando por Alejandra Pizarnik, Carlos Correas, y José Sbarra,
entre otros.

El invierno del juglar  de Gustavo Provitina retrata a un Antón Chéjov en un
día próximo a su muerte representado por Carlos Demartino (Fue Jurado para
concursos de materia “Técnica Vocal” en IUNA. Ex alumno de Murray
Schaffer, Roy Hart Theatre y Eugenio Barba. Entre las obras dirigidas pueden mencionarse “Buscando
a Madonna” de Enrique Medina que protagonizó Emilia Mazer y cinco espectáculos
de los Ciclos Teatro x la Identidad). Con
una actuación de excelente nivel, llena de matices y comprometida con la
memoria emotiva que Provitina encarna a un Chéjov tan real como enfermo,
exitoso y siempre preocupado por la literatura y la vida, que al fin y al cabo
¿no vienen a ser las dos caras de la misma moneda?

Es el
verano de 1904 y Chéjov se encuentra en Badenweiler (Alemania). La inminencia
de la muerte se ha instalado en las
articulaciones de su cuerpo; la combinación de la fiebre, el hastío y la
ansiedad lo sumen en un estado rayano al delirio. Aguarda, con impaciencia, el
arribo de su esposa, la actriz Olga Knipper. El invierno del juglar centra
el trabajo en el actor con sus conmociones y narratio entre
lúcida, ingenua y nostálgica, desde una corporalidad en decadencia y una
oralidad casi poética. Inmerso en un espacio de bello estatismo romántico, el
soliloquio hilvana, de un modo gradual, un diálogo estremecedor con las voces
que habitan las íntimas resonancias de su travesía existencial. Chéjov se
desgaja en todos los planos de su vida breve y fecunda. El dramaturgo, el
médico, el narrador mordaz y sensitivo, el hombre que discute con las sombras
de Tolstoi, Gorki, Stanislávski, bajo la dirección de Rafael Garzaniti (como
director se destacan “Alicia desde el Espejo”, de Lewis
Carroll”, “La Gallina Degollada”, de Horacio Quiroga, “La
Gaviota Recordis”, de Antón Chéjov. Sus trabajos como director son conocidos en
Guadalajara y Jalisco, México, ciudades en las que puso en escena casi diez
obras).

A su
actriz principal, Olga Knipper, con la que se casa en 1901, le ofrece una larga
temporada de correspondencia, cuando viven separados debido a las obligaciones
profesionales de la actriz. Esa correspondencia se encuentra cruzada entre los
últimos 6 años de vida del escritor-dramaturgo, y nos permite entender la
preocupación por su salud cuando ya estaba enfermo de tuberculosis y a Olga
informarlo sobre la vida teatral de Moscú, también como Chéjov le abre las
puertas de su corazón a Olga, a la distancia, haciéndola partícipe de sus
inquietudes.

La
puesta en escena nos mete de lleno en un clima de otro siglo donde la filosofía
y la poesía nos sintonizan con otro tiempo, donde las preocupaciones humanas,
como la muerte, sigue siendo la misma, pero los avatares y revestimientos
humanos cambian. Y no es la pregunta examinadora, casi culposa, acerca del
tránsito del humano en la Tierra lo que aborda el autor en El invierno
del juglar
 sino su posición cotidiana, ya como escritor y
dramaturgo conocido y exitoso, y su filosofía poética lo que nos deja la obra.
 
El invierno del juglar de Gustavo Provitina
Con Carlos Demartino
Escenografía y vestuario Carolina Simonetti.
Asistencia de dirección Mariel Bignasco. Diseño de iluminación y dirección
Rafael Garzaniti.

DOMINGOS 17.30h
Localidades, por Alternativa.
Duración del espectáculo 60 minutos
Belisario Club de Cultura. Av. Corrientes 1624, CABA
 

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