Por Graciela González
En la ciudad existen 32.531 plátanos según el censo 2018 de arbolado urbano, constituyéndose la segunda especie en importancia luego del Fresno Americano y representa el 9% de los 370.916 ejemplares de alineación porteños.
Se trata, en su gran mayoría, de ejemplares añosos con copas tupidas cuyas bondades no pueden equipararse a las de un nuevo ejemplar, ni siquiera a las de 50 o 100 árboles jóvenes.
Alergias: una acusación injusta
Favorecer la alergia es la gran acusación criminal que se le hacen a los plátanos, sin embargo, las alergias se ocasionan por múltiples motivos: el pelo de perros y gatos, el polen de flores, algunos alimentos, los tejidos sintéticos y son alergénicos todos los árboles urbanos, sobre todo el fresno americano.
Sin embargo, hay muchos otros factores en el aire de la ciudad que nos enferman más gravemente que “las pelusas” de los plátanos. Por ejemplo, no se nos pasaría por la cabeza cerrar industrias ni prohibir los automóviles a combustión, ambos emisores de sustancias contaminantes que respiramos y son causa de enfermedades más graves que la alergia.
Terminar con la vida de estos añosos plátanos, como muchos piden, es un gran error porque estos gigantes no son las únicas especies que arrojan pelusas al aire. La diferencia del Plátano radica en que sus partículas son algo más grandes y generan un efecto de rechazo más notable.
Los plátanos ofrecen más beneficios a la salud pública estando de pie y los motivos son muchos:
- Ofrecen sombra amplia que actúa como protección contra los rayos solares nocivos, (protección contra el cáncer de piel).
- Reduce las temperaturas en verano y sobre todo durante olas de calor. Esta sombra también los hace muy eficientes como ahorradores de energía.
- Su follaje produce un filtrado de partículas contaminantes generando aire más limpio y puro. Reducir los niveles de la contaminación hace reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas y agudas, incluido el asma.
- Son muy eficientes en el secuestro de dióxido de carbono (Co2), el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. De allí la enorme importancia de la captura de carbono que hacen estos gigantes.
- Profesionales médicos indican que las alergias o molestias que puede causar este árbol no son suficientes para su erradicación. El polen que molesta de los plátanos (o de cualquier otro árbol) dura unos 15 días; los beneficios ambientales y sanitarios que ofrece están los 365 días del año.
- El plátano tiene mala prensa pero es una especie noble. A pesar de las malas podas, rebrota y raramente se cae y casi nunca, salvo excepciones, destruye las veredas.
- Es un árbol de rápido crecimiento y la capacidad de aislar tejidos lastimados, enfermos o dañados manteniendo a salvo el resto de su madera. Tiene mayor longevidad, y soporta muy bien las tormentas.
Que dicen los expertos
Estudios de especialistas recomiendan el plátano por su adaptación a una amplia diversidad de temperaturas y es muy resistente a la sequía. Sin embargo, es importante la incorporación de otros árboles que contribuyan a lograr una mayor biodiversidad.
Los expertos afirman que a nuestra ciudad le faltan miles de árboles frondosos para alcanzar los estándares mundiales recomendados. Por lo tanto, las copas tupidas y los árboles menos riesgosos, más adaptativos, longevos y resistentes se vuelven protagonistas indispensables
El rechazo que generan los plátanos, es fruto de la ignorancia ciudadana, porque tienen irremplazables beneficios para la salud pública.
Recomendamos que esos 15 días de polvillo, cuando se desprendan esas partículas molestas, por lo que tanto se odian a estos magníficos árboles, se use barbijo y entender que estos majestuosos plátanos son, simplemente, seres vivos.
Fuente: aquivilladelparque
Referencias:
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Organización Mundial de la Salud. Juan Manuel Borrajo Millán, “El Valor del Bosque Urbano en Madrid. Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, entre otras fuentes.