Con la llegada de las vacunas, comenzamos a transitar el principio del fin de la pandemia, pero ¿Qué opinan las vacunadoras?
El personal de salud encargado de la vacunación, es el protagonista de esta etapa de la pandemia, ya que son parte del principio del fin, dentro del marco epidémico que atraviesa el mundo.
En este sentido, conoceremos la opinión de un grupo de enfermeras acerca de la vacunación y cómo se siente al ser una pieza clave, en este momento histórico.
María Pachado, es Jefa del Vacunatorio integrado del Hospital de Clínicas, quien en diálogo con la agencia de noticas estatal, Télam, señaló que “Con la llegada de la vacuna -contra el Covid-19- se vislumbra una gran esperanza”,
Pachado, que trabaja desde hace 20 años como enfermera y docente, recuerda su pasión por la profesión se remonta a sus 14 años, cuando animada por su “tía Blanquita”, a quien considera su “guía y motivadora”, decidió que iba a ser enfermera.
Y agrega que “Tuve la oportunidad de hacer algo para cambiar el curso de la enfermedad, por lo menos en algunas miles de personas”.
Haciendo memoria, Pachado, recuerda que son muchas las anécdotas con personas vacunadas que la emocionan, como la vez que tuvo que vacunar a un médico: “Él me dijo que estaba muy feliz y una vez terminado el procedimiento me miró a los ojos y me dijo: ‘No tenés idea lo que siento, me salvaste la vida’”.
A su vez, la jefa del vacunatorio del Clínicas, detalla que desde el comienzo de la vacunación, el 5 de enero último, entre la primera y la segunda dosis de la vacuna Sputnik V, se dieron un total de 10.310 vacunas en el hospital escuela, que depende de la UBA, y se encuentra en el barrio porteño de Recoleta.
Por su parte, Mónica Lunaza Duré, enfermera del Hospital Santamarina, cuenta que “Al principio yo particularmente sentí mucho miedo”. Ella hace 5 años que trabaja en el hospital, pero este año recién se sumó al equipo de vacunación. Y agregó que “Ahora no tanto porque con la vacuna nos sentimos más protegidos”.
Griselda Vazquez, compañera de Lunaza Duré, señala: “Estamos en una carpa en frente del hospital, en el estacionamiento. Cuando llegan se les hace una encuesta breve, después pasan a otro sector donde están unos sillones, respondemos a sus preguntas y después los vacunamos. Luego esperan el tiempo prudencial y se van”.
“Para mí es un inmenso placer poder estar vacunando, me genera mucha satisfacción. Trabajamos en equipo y hacemos que la gente se vaya contenta”, agrega Mónica emocionada, por ser protagonista de una etapa verdaderamente histórica para el mundo.
