En los últimos días, Lady Di volvió a ser protagonista tras el estreno de la nueva temporada de The Crown, serie cuya trama cuenta la historia de la realeza británica y apasiona a gran cantidad de espectadores alrededor del mundo.
Éste producto original de Netflix, además de recordarnos las bondades y dramas de La princesa del pueblo, nos trajo a la memoria su pasión por la moda y gran porte que la han convertido en un ícono indiscutido.
Sus looks eran muy comentados. Si en su primer acto en sociedad la gente se escandalizó por su escotado vestido negro. En cada evento público, sabía que sería el centro de todas las miradas y, a veces, jugaba con el dress code del acto.
Su vestido más recordado fue el de su boda, diseñado por David y Elizabeth Emanuel, tenía mangas abullonadas, inspiración victoriana, más de 10 mil madre perlas bordadas y una cola de tafetán de seda y encaje de ¡7,62 metros!
El vestido lencero que llevó en el baile del Instituto de la moda en Nueva York, es uno de los primeros diseños de Galliano para Dior. Lady Di también era fan del bolso Chouchou, que desde entonces se llamó Lady Dior en su honor.
En los 90 su estilo cambió. Se la podía ver con vestidos más atrevidos. Así lo vio Valentino: “Su estilo ha cambiado… se había liberado del protocolo, se ha deshecho del armario de princesa y se ha hecho uno nuevo con aquellas prendas que le quedaban bien a la nueva mujer en que se había convertido”. En la foto con un vestido de Christina Stambolian. Se le denominaba “el vestido de la venganza”, porque lo eligió para un acto público justo cuando se enteró de que el Príncipe Carlos iba a declarar que siempre había amado a Camilla Parker Bowles.
Desde que Diana se separó del príncipe Carlos, su estilo cambió por completo y pudo mostrarse más natural que de costumbre. Se la solía ver con jeans y chaquetas de cuero, y a veces con ropa deportiva.
Lady Diana fue tan influyente que varios de sus estilos siguen vigentes aún después de más de veinte años de su partida.
Fuente: Marie Claire