Es una danza que enamora, típica de las provincias del norte argentino, que forma parte de nuestros géneros musicales autóctonos que enriquecen la música popular nacional.
Se caracteriza por los movimientos pausados, el intercambio de miradas, los giros y el entrecruzamiento de pañuelos entre los bailarines, toda una señal plena de seducción y romanticismo.
Desde el punto de vista coreográfico articula tres figuras: el arresto, la media vuelta y la vuelta entera. Está considerada de “pareja suelta”, dado que los bailarines permanecen separados en la mayor parte de su desarrollo. Se baila en todo el país y no hay nada que limite la posibilidad de aprender.
Resulta tan significativo su aporte y trascendencia, que se la recuerda dos veces en el año. El 7 de Abril, fecha en que la primera zamba es inscripta en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, SADAIC. Pero también el 29 de Noviembre, a propósito del natalicio de uno de los grandes exponentes de nuestra música, Gustavo “Cuchi” Leguizamón, quién compuso más de ochocientas obras, entre ellas: “La Pomeña”, “Zamba del Laurel”, Zamba de Juan Panadero, “Balderrama”, “Carnavalito del Duende”…
Pero hay más, como no podría ser de otro modo…la polémica: santiagueños y tucumanos se atribuyen el primer registro…Más allá de la disputa, SADAIC tiene en cuenta y valora a los dos por igual: Andrés Chazarreta, de Santiago del Estero 1916 y Gómez Carrillo de Tucumán 1911.
La zamba es originaria de Perú,-zamacueca-, se conoció en la Argentina a partir del 1815. Cabe mencionar que también se baila en el sur de Bolivia.
Así sea una expresión tradicional, carpera, alegre o refalosa, se trata de un género bien argentino que vale la pena conocer, y… ¿por qué no? ¡bailar!
¡Qué bueno sería que como parte de un programa de extensión cultural, la zamba formara parte de la currícula escolar y del nivel secundario!
Para escuchar y volver a escuchar
Algunas zambas que lograron alta repercusión:
“De mi Esperanza”, “De la Candelaria”, “Para Olvidarte”, “La López Pereyra”,“Del Grillo”, “La Nochera”, “El Arriero”, “Para no Morir”,“Luna Tucumana”,“Pastor de Nubes”, “Mi abuela bailó la zamba”, “Del Cantor Enamorado”,“Luna Cautiva”…”Zamba y Acuarela”, etc…
Nunca es tarde para empezar…y al mismo tiempo, valorar las raíces, darles sentido, y a la vez resignificarlas…Como un desafío, un redescubrir de esencias que se encuentran y permanecen en el ADN de cada argentino.
“Una música en la noche
Y en el aire una esperanza.
La zamba juega su juego,
Ronda de amor sin palabras.”
Por Buen Ciudadano
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