La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, declaró a la histórica Panadería “La Pompeya”, situada en la Avenida Independencia 1912, en su intersección con Combate de los Pozos, del barrio porteño de San Cristóbal, como Sitio de Interés Cultural. La Pompeya es el templo gastronómico para los amantes de los productos típicos italianos. Fue fundada por inmigrantes del sur de Italia en 1920, y desde entonces su centenario horno, que primero fue a leña y luego a gas, siempre estuvo encendido. La panadería siempre fue un punto de encuentro para los vecinos de la colectividad italiana, y miles de turistas que visitan el histórico local, cuya fachada y sus ventanales resisten el paso del tiempo. Se trata de una verdadera panadería italiana en el corazón del barrio de San Cristóbal, donde se mezcla el aroma al pan recién horneado a la “vieja usanza”, con los recuerdos y anécdotas de Italia. La panadería abre todos los días, y utilizan las recetas tradicionales de Italia con productos locales. Los más pedidos por sus visitantes son los famosos “Cannoli” (dulce siciliano) de crema pastelera, ricota, dulce de leche, nutella o de pistacho.
A toda hora, desde las 7 de la mañana cuando abren sus puertas, entra y sale gente. Señores grandes que hablan con acento italiano, señoras que van con sus hijos y saludan con dos besos a las empleadas, hijos, nietos, y algunos que solo vienen los sábados cuando se hornea “focaccia”, plato tradicional de la cocina italiana muy relacionado con la popular pizza. La Pompeya atraviesa la historia de Buenos Aires, la del siglo XX, y se convirtió en un lugar de encuentro en la Ciudad de Buenos Aires. Por tal motivo, el Gobierno porteño dispuso la colocación de una placa de bronce en la panadería, cuyo texto dice “Panadería La Pompeya, declarada Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos aires”. Entre sus clientes más reconocidos se encuentran Beto Casella, Ricky Maravilla, Florencia Bas, Carlos Bilardo, entre otros. La excelencia de sus productos brindó impulso a la actividad gastronómica porteña, y la convirtieron en una parte fundamental del barrio de San Cristóbal y parte de la historia de nuestra Ciudad.
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