noviembre 25, 2024
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La restauración de la confitería Del Molino ya es una realidad visible 

Ya es posible visualizar el frente del edificio de la Confitería Del Molino. Los trabajos de reparación comenzaron en julio de 2018. Después de 21 años que se encontraba cerrado y en estado de abandono. Se acerca el momento de la resurrección de un emblemático espacio de la Ciudad y de la Nación.

Testigo del paso, por sus instalaciones, de los personajes más prominentes de nuestra historia contemporánea. Desfilaron pos sus mesas infinidad de personalidades y de los sectores más diversos. Por su ubicación tan cercana al edifico del Congreso, fue el lugar de reunión de los legisladores del Senado y de Diputados. Muchos proyectos habrán tenido su matriz original en las mesas de este local. Si sus paredes pudieran repetir lo que se ha debatido y elaborado, sería posible conocer los detalles preliminares de muchas de nuestras leyes.

Los historiadores, o los que tienen buena memoria, señalan diversas reuniones y asistencias, a este pedazo del Buenos Aires de todos los tiempos, donde se resolvieron la mayoría de los temas del país. Aparte de los políticos, todas las personalidades artísticas, culturales, deportivas y de todo tipo, se hicieron presentes. Algunas de ellas, como Lisandro de la Torre, Libertad Lamarque. Alfredo Palacios, Anibal Troilo, el Príncipe Humberto, el Príncipe de Gales, los Tenores Tito Schippa y Benjamino Gigli; Carlos Gardel, las sopranos Lily Pons y María Barrientos; Amado Nervo, José Ingenieros, Oliverio Girondo, Roberto Arlt. Ramón Gómez de la Serna. Eva Perón, Arturo Illia, Mariano Mores, Niní Marshall, Madonna y muchos otros. Algunos recuerdan, entre muchas anécdotas, que Alfredo Palacios, habitual cliente de la casa la bautizó como “la tercera Cámara”.

La obra se realiza en forma conjunta entre la Nación, la Ciudad y el Congreso Nacional. Se han puesto de acuerdo para rescatar un lugar tan importante de nuestra cultura urbana. Acertadamente fue expropiado en el año 2014 y se convirtió en propiedad del Congreso Nacional. El 2 de julio de 2018 se volvieron a abrir las puertas del edificio para iniciar las tareas de reparación y puesta en valor. A partir de ese momento comenzó la tarea. Del interior de la obra, se hizo cargo la Comisión Bicameral Administradora del Edificio Del Molino, integrada por las Cámaras de Diputados y Senadores, Comprende el reciclado de la confitería, el salón de baile, las escaleras, la estructura y el subsuelo, inundado durante décadas, los ascensores, etc.

De la parte exterior, se comprometió en su refacción, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad. Corresponde a esta dependencia, encargarse de la cúpula, cubierta y fachadas. Un símbolo muy representativo de la marca de la confitería, el Molino, hacía 60 años que sus aspas no funcionaban. Ya fueron reparadas y están probando para que respondan en su plenitud. Digamos que ese nombre se originó en el hecho que, en el predio donde se construyó el edificio a partir del 1904, estaba establecido un molino harinero. La terraza fue intervenida solucionando problemas estructurales y de filtraciones. Reforzado su hormigonado e impermeabilizado totalmente. Allí funcionará como un lugar para uso de los clientes, una especie de “rooftop bar”, aprovechando la imponente vista que se genera a esa altura. El mismo será concesionado a privados. En la cúpula, se volvieron a colocar los vitrales retroiluminados por un equipo de especialistas que restauraron a los que podían salvarse y repusieron los faltantes. Había cuatro esculturas de leones que habían desaparecido y fueron replicados en base a fotografías por la técnica de 3D. Debieron ser subidos especialmente por grúas especiales. Cada uno pesa 800 kg.

En el interior,  está en pleno desarrollo la refacción y pintura de las paredes. Removiendo las varias capas que se le aplicaron a lo largo de los años. Todos los revestimientos. Uno de los subsuelos estaba inundado, tema ya resuelto. Las escaleras fueron recicladas y todos los detalles, uno por uno de la restauración. Respecto a la tarea realizada y por la que sigue, es interesante la opinión de la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, Teresa de Anchorena, quien lo dice así: “Se está haciendo un trabajo de manera artística y científica. La cúpula se restauró y hoy tiene un vitral que se ilumina por encima de las aspas del molino como si fuese un faro. En todos los interiores también se está avanzando, pero cada parte es una pieza de arte, se están recuperando bronces, vitrales y haciendo otro tipo de intervenciones”.

Tengamos en cuenta, para dimensionar la envergadura de los trabajos, esta no es una simple obra de reciclaje. Se trata de una joya arquitectónica, un edificio del estilo Art Noveau, que en aquella época era de primerísimo nivel. Todos los materiales, hasta los detalles más pequeños fueron importados de Europa. Se puede hacer una lista para notar de que se trata y comprender la envergadura del desafío de esta restauración. Piedra París, para el recubrimiento de la fachada, la cristalería, la porcelana, la mantelería, mármol de Carrara para revestimientos, las arañas florentinas monumentales, las columnas estucadas, los mosaicos opalinos, las cerámicas de oro en la mansarda, las puertas, las ventanas con vidrios cuadrados, las cerámicas de oro en la mansarda, las puertas, las ventanas con vidrios cuadrados, los ornamentos de bronce cincelados artesanalmente, 170 m2 de vitraux.

Realmente, una tarea de alta especialización que requiere de artesanos y profesionales muy capacitados. El edificio de cinco pisos, consta de tres subsuelos. Estaban destinados a la cocina, la bodega, taller mecánico y depósitos. En la planta baja, el espacio para la confitería. Primero y según o piso para salones de baile donde se realizaban fiestas y recepciones. Los tres restantes se alquilaban para viviendas y oficinas. Para llegar a esos pisos, además de las suntuosas escaleras existen tres ascensores históricos, que fueron importados de Milán. Serán restaurados convenientemente.

Los productos elaborados en el lugar eran de una gran calidad, famosos y muy valorados. La repostería con sus masas, postres, tortas, merengues, pan dulce, roscas, entre otras exquisiteces, resultaban muy apreciados. Cuentan las historias que en 1917 cuando fue destituido Romanoff en Rusia, como celebración, crearon el postre “Imperial Ruso”. En Europa lo conocían por el “postre argentino”. La casa recomendaba cortarlo con cuchillo caliente para que no se rompa. Otra anécdota sobre los productos, la generó, uno de sus mejores clientes, Carlos Gardel. Le encargó al dueño una torta en honor a su amigo Irineo Leguisamo. Así nació el postre “Leguisamo”. Estaba compuesto por una fórmula poderosa, masa de hojaldre con merengue, marrón glacé y crema imperial con almendras.

Clara Muzzio, la ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, se expresó sobre el tema con estas palabras: “La confitería Del Molino es uno de los tantos edificios históricos que tiene la Ciudad. En estos últimos meses estuvimos trabajando en la fachada, cubierta y cúpula, conservando su imagen y espíritu original, con el fin de destacar su valor patrimonial para que los vecinos y vecinas puedan volver a disfrutarlo”.

Por Francisco Grillo

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