Se reconvirtió, pasó de la caída de ventas, a duplicar el personal, llevan producidos casi 2 millones de barbijos, con envíos a todo el país, y se preparan para exportar a Latinoamérica y Europa.
Alan Gontmaher y Ángeles Espeche, pasaron de fabricar toallas, batas y cortinas a utilizar cotidianamente términos como “respirabilidad”, “microgotas” o “patógenos”. Es que hoy Kovi SRL es la fábrica detrás de la producción de los famosos barbijos que inactivan el virus, esos de color violáceo que usa hasta el Presidente de la Nación, también, producen las mascarillas y ambos para el personal de salud que elimina patógenos, para prevenir las enfermedades intrahospitalarias.
Ellos cuentan, como pasaron de vender muy poco y sentir que su fábrica no iba a prosperar, su preocupación por sus empleados en plena cuarentena, hasta hoy que pasaron a duplicar la cantidad de empleados y abrir una nueva planta.
Gontmaher cuenta que “Veníamos muy golpeados como pymes y como sector industrial, debido a los últimos años de apertura importadora. A la crisis textil, en marzo de 2020 se le sumó la pandemia.”
Ángeles Espeche, gerente de la planta comentó “Los últimos años fueron durísimos, y después en abril cerró todo. Las cadenas grandes dejaron de pagar, cortaron el clearing, entraban los cheques, fueron noches de no poder dormir” “Las pymes somos luchadoras, tenemos resiliencia, así que no nos íbamos a dar por vencidos, había que salir como sea, porque había 40 familias que dependían de nosotros y eso nos parece muy importante”
Ángeles, le llevó la idea a Gontmaher. Lo sentó y le dijo: “Tenemos que hacer barbijos.”
Gontmaher cuenta que en su momento dudó “¿Cómo le vamos a poner un trapo en la cara a la gente? Una tela por si sola hace mal”, pensó. “Otra no nos queda”, le respondió Ángeles. Gontmaher recordó una feria textil a la que habían ido en Barcelona un año atrás, en 2019. “Tenemos que ponerles nanotecnología entonces”, sugirió. En Kovi ya venían con la idea de realizar una toalla que inactive las bacterias para evitar el olor a humedad. Si podían eliminar patógenos de un textil, también podrían hacerlo con un virus, fue la premisa.
Espeche recordó: “Lo miré con ojos grandes, pensando, y éste que quiere hacer, y me dijo que se iba a poner en contacto con la UBA.”
Luego de esta idea de la Gerente, desarrollaron el barbijo que se comercializa bajo la marca Atom Protect, que posee una tela antiviral y permite mantener inactivo al virus y evita que mantenga gérmenes en el mismo barbijo, con el apoyo de Científicos del CONICET, de la UBA y de la UNSAM.
Ángeles Espeche relató que les dijo a los 40 empleados, “ahora vamos a hacer barbijos, necesitamos que apoyen esto porque no hay trabajo de otra cosa y “Todos se pusieron la camiseta.” Ahora tienen 100 empleados.
“Con la pandemia ocurre que no tenés un antecedente de ventas, entonces vas aumentando el volumen a medida que la sociedad va necesitando”, explicó Gontmaher.
