Las investigaciones de crímenes contra la humanidad pueden avanzar, incluso con las dificultades que presenta este contexto de la pandemia del coronavirus, siempre que se respeten las recomendaciones sanitarias y los derechos de víctimas e imputados. Por eso, el CELS junto con las Abuelas de Plaza de Mayo solicitamos la reanudación de los juicios por delitos de lesa humanidad a través de tres presentaciones: ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Cámara Federal de Casación Penal y el Consejo de la Magistratura. Fue en apoyo al planteo que hizo la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad y también acompañaron el pedido otros organismos de derechos humanos y querellantes.
Desde antes de la pandemia de Covid-19, los juicios ya presentaban grandes problemas estructurales y se desarrollaban con muchas demoras. Esto debido a dificultades en la integración de los tribunales orales federales, a las pocas audiencias destinadas a estos juicios y a demoras en la revisión sentencias que deben realizar la Cámara Federal de Casación Penal y la Corte Suprema. Si esperamos al final de la pandemia para volver a las salas de audiencias, se profundizarán aún más las demoras.
La respuesta a las dificultades que enfrentan estos juicios debe ser coordinada. Por eso solicitamos al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, que convoque la reunión inmediata de la llamada Comisión interpoderes. Todos los poderes del Estado junto con el Ministerio Público Fiscal deben trabajar seriamente en encontrar una solución. Para eso, se deben incluir en la discusión a víctimas y querellantes.
En el mismo sentido, la presidenta de la Cámara de Casación, Ángela Ledesma, recomendó el 5 de mayo a los tribunales orales que avancen en los juicios donde puedan hacerlo y consultó a la Corte Suprema sobre la viabilidad de reanudar el funcionamiento de la Comisión interpoderes.
El tiempo que transcurrirá hasta que la pandemia sea controlada hace pensar que se van a profundizar los problemas que vienen atravesando los procesos judiciales. Eso hace aún más necesaria la reunión de la comisión interpoderes y, como también solicitamos al presidente de la Corte, el establecimiento de un grupo de trabajo interdisciplinario para diseñar la continuidad de los juicios y elaborar protocolos para la realización de audiencias, que respete los derechos de los imputados, la salud psicofísica de testigos víctimas en este contexto de aislamiento social, y el derecho al acceso a la justicia, a la verdad y a la reparación integral de las víctimas.
Hasta hoy esperamos una respuesta de la Corte y lo hacemos desde hace años, ya que esa Comisión no se reúne desde 2016. Luego del repudiado fallo del «2×1» no ha trabajado en organizar y acelerar estos juicios ni han rendido cuentas sobre su inactividad. Sus respuestas hasta el momento fueron ineficaces e insuficientes.
Los juicios, en sus diferentes etapas, pueden reanudarse respetando las recomendaciones sanitarias y cuidándonos entre todes. Es momento de que la Corte Suprema, y el poder judicial en general, se pongan a trabajar para lograr el aceleramiento de estas causas tantas veces postergadas. El virus no puede ser un obstáculo más en la búsqueda de verdad y justicia.
Por Sol Hourcade, abogada del equipo Memoria, Verdad y Justicia del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Fuente: TELAM