Se trata de una de las celebraciones más icónicas de la ciudad capital de La Paz, Bolivia. Comenzó en 1781 y continúa hasta nuestros días con una característica fundamental: homenajear a la deidad “El Ekeko”, a través de la venta de miniaturas, productos agrícolas, piedras de forma circular o con algún otro rasgo distintivo. Una actividad realizada con alegría y todo el entusiasmo que surge de la expectativa de vivir el año con prosperidad y bienestar.
La Fiesta de Alasita se celebra cada 24 enero y, como no podía ser de otro modo, la Ciudad, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural conjuntamente con la Dirección General de Colectividades, acompaña a la Comunidad Boliviana en este evento tan emblemático que se llevará a cabo- con los protocolos de seguridad sanitaria que impone la pandemia-, el lunes 24/1 entre las 11 y las 19 en Avenida Castañares y Avenida Escalada, Villa Soldati.
Sobre la convocatoria, la Directora General de Colectividades de la Ciudad, Mercedes Barbara, manifestó: “Nos entusiasma mucho poder acompañar de nuevo de manera presencial esta festividad tan arraigada a la historia de la colectividad, que con el pasar de los años se ha convertido en una tradición intergeneracional que permite mantener viva la cultura boliviana en la Ciudad…Una fiesta que invita a honrar al “Ekeko”, Dios de la Abundancia, y pedir por aquellas cosas que queremos ver materializadas durante el año y nos acerca a una variada oferta gastronómica, artística y artesanal”.
La movida nació en la época denominada pre-hispánica, y de inmediato fue creciendo su adhesión en el período colonial que llega hasta nuestros días, transformándose en una de las celebraciones populares más importantes de Bolivia.
¿Qué es el Ekeko?
Se trata de una deidad pagana vinculada a la abundancia correspondiente a la mitología boliviana-andina y del altiplano.
¿Cómo es la mecánica para “cumplir” con la tradición de “Alasita” y recibir los beneficios solicitados a lo largo del año?
La idea es que cada participante del encuentro adquiera alguna de las famosas miniaturas o “Alasitas”, de acuerdo al deseo que cada uno necesita o quisiera cumplir dentro del hogar, como dinero, autos, casas y ropa, etc. Posteriormente estas pequeñas figuras serán encomendadas al “Ekeko” para que puedan convertirse en realidad en el futuro.
Una vez que se concreta la compra, personal especialmente designado, procederá a la bendición de los objetos con esencias, alcohol y pétalos de flores…
Y esta creencia ancestral se hará presente una vez más con toda su energía de mística originaria a la Ciudad de Buenos Aires. Sin duda un aporte, que construye día a día una sociedad más diversa y multicultural, abierta al intercambio y a la convivencia.
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Por Visión Porteña
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