Es sin lugar a dudas la crónica de una situación anunciada que comenzó en 2020 con la pandemia y la cuarentena más prolongada del mundo, los aportes recibidos de parte de las autoridades como para poder hacer frente a los salarios de los trabajadores, entre otros gastos de mantenimiento de los locales…Aportes que de buenas a primeras fueron retirados, como si la realidad general de los clientes y sus hábitos de consumo hubieran cambiado… El Micro Centro es una lágrima, como tantos otros barrios caracterizados por la actividad de bares, cafeterías y restaurantes.
En este contexto, los empresarios de los sectores mencionados, indicaron que el año pasado tuvieron que bajar la persiana diez mil locales en toda la República Argentina. Durante el año pasado de perdieron ciento treinta mil puestos de trabajo.
Si la tendencia continúa de esta manera, y no se recibe ningún tipo de ayuda, las estimaciones prevén que sólo permanezcan en pie alrededor de veinticinco mil comercios.
Representantes del sector gastronómico y hotelero iniciaron una campaña de difusión bajo el lema “Hospitalidad en Rojo”, su objetivo principal es exponer la difícil realidad que afecta a esta industria. Asimismo a través de la plataforma Change.org comenzaron a recolectar firmas en apoyo, el hashtag utilizado es: “hospitalidad en rojo”, a la que se podrá acceder por medio de códigos QR, que se encuentran impresos las mesas de los diferentes locales.
En tanto, se convoca a los clientes para que el viernes 26 de marzo próximo se acerquen al bar o restó preferido para manifestar su apoyo. Movida a la cual también se sumarán los deliverys Rappi y Pedidos Ya con servicios sin cargo.
Los organizadores redactaron una carta al Presidente de la Nación, en la que solicitan medidas urgentes, el regreso al ATP, para la actividad hotelera y gastronómica, mitad del IVA por un año, y un plan de financiación para poder cumplir con el pago de la cantidad de deudas acumuladas durante los meses en los cuales no pudieron desarrollar su tarea.
Mientras se aguarda respuesta, la emergencia económica se hace cada día más necesaria e impostergable.
En las últimas horas, se conoció el cierre definitivo del histórico y centenario “Billares Alenjo” de Boedo al 825, un auténtico punto de encuentro de los vecinos/as del barrio y alrededores. Además de billar, los clientes podían jugar al pool, ajedrez, dominó y cartas, que según aclara su propietario: “nunca se jugó por dinero”.
Trascendió que siguieron el mismo camino, el encantador y artístico “Filo” de Avenida San Martín al 900, “Downtown Matías” de Av. San Martín al 973 y el café notable “La Puerto Rico” de Alsina al 400.
Paso a paso, directamente al borde del desastre económico, y a la pérdida de identidad que significa el cierre definitivo de locales arraigados en la memoria de la vida cotidiana de los barrios y de su gente. Triste.
Por Buen Ciudadano
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