Se trata de un árbol originario de China, Corea, Japón y el Himalaya, cuya presencia se hace más intensa en marzo, y que llega a una floración impactante en el verano que se extiende al otoño.
Llegó a la CABA en el 1900, y poco a poco, fue ganando espacio en las calles, avenidas y veredas angostas con sus flores púrpuras, blancas, rosas, o carmesí…Flores que a la distancia parecen racimos turgentes…
En los últimos diez años la cantidad de ejemplares plantados en territorio porteño creció de 10.581 a 12.318.
Es un árbol pequeño, o un arbusto grande, puede alcanzar una altura cercana a los diez metros. Ideal para espacios soleados, se recomienda regar cuando el suelo se observe seco.
La distribución geográfica de esta bonita especie de tamaño mediano, que se está convirtiendo en emblemática dentro del paisaje ciudadano, es la siguiente: más de la mitad, alrededor de un cincuenta y cuatro por ciento se encuentran ubicados en la Comuna 11-Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque, y Villa Santa Rita, en la Comuna 10-Floresta, Monte Castro, Vélez Sarsfield, Versalles, Villa Luro, Villa Real, en la Comuna 12-Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza, y Villa Pueyrredón, en la Comuna 9-Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos, donde la cantidad ronda las 1593 unidades.
¿Porque fueron elegidos para integrar el Plan de Arbolado?
¡Por ser decorativos! De acuerdo con la Dirección del sector, el crespón adquiere un elevado valor ornamental durante todo el año, aún cuando no esté florecido. Su follaje se torna amarillo o rojizo antes de caer…Además se adaptan perfectamente al ambiente de la Ciudad de Buenos Aires.
Al no ser autóctonos, padecen una enfermedad que se puede apreciar como una eflorescencia blanca que invade hojas y brotes durante la primavera, ante el incremento de la humedad.
Conocido popularmente como “Árbol de Júpiter”, “Espumilla”, o “Lila de las Indias” la reproducción se produce con los gajos semi-leñosos en primavera o a fines del verano. Su madera es sumamente resistente
Puede plantarse como ejemplar único en el jardín pequeño, pero las plantaciones de tres o más, resultan encantadoras. También pueden ubicarse en patios o en terrazas, en general crecen rápido y toleran muy bien el frío, hasta las heladas…
En el Jardín Botánico de Buenos Aires se pueden observar crespones centenarios. Estudiosos del tema sostienen que esta especie llegó en primer término al Botánico y que desde allí, comenzó a expandirse a numerosos barrios de la Ciudad.
Por Buen Ciudadano
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