El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, lleva adelante el “Operativo Calor”, con 78 puestos de hidratación, donde reparten agua, frutas y barras de cereales gratis, en puntos estratégicos de las quince Comunas porteñas. Cuando las temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires superan los 33 grados, un grupo de voluntarios del Gobierno porteño, asisten a los vecinos en puntos críticos de concentración de personas, sugeridos por Defensa Civil. Además de ofrecer agua y frutas, brindan información de cómo actuar ante temperaturas elevadas, la línea de Atención Social Inmediata de la ciudad 108, y el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) al 107.
Los 78 puestos de hidratación se encuentran distribuidos en los Centros de Vacunación contra el Covid-19, en las Estaciones de Retiro, Constitución, la Plaza de República, el Parque de los Niños y Parque de la Ciudad, entre otros.
Ante las altas temperaturas se recomienda aumentar el consumo de líquidos, usar ropa liviana y de colores claros, evitar exponerse al sol entre las 10 y 17hs, hidratar a las mascotas, y reducir la actividad física durante el día. Los principales síntomas que presenta una persona con golpe de calor son nauseas, dolor de cabeza, sensación de vértigo, convulsiones y pérdida de conciencia, piel enrojecida, caliente y seca, respiración y pulso débil, temperatura corporal entre 41 y 42 grados centígrados. Ante esta situación, es aconsejable solicitar asistencia médica o en caso de emergencia llamar al 107, beber agua fresca, permanecer en un lugar a la sombra y mantener la cabeza en alto.
El calor intenso perjudica a nuestro organismo de diversas formas y afecta a los mecanismos biológicos necesarios para mantener latemperatura corporal dentro de los límites normales. Uno de los más importantes es el aumento de la pérdida de agua a través de la sudoración. Las altas temperaturas producen los siguientes efectos, adinamia (ausencia de fuerza física), cansancio, decaimiento, perdida de agua y electrolitos mediante el sudor, calambres musculares, hipotensión por vasodilatación periférica, estrés, y edemas en las extremidades. Los grupos más vulnerables frente al calor son, los ancianos por su dificultad de sentir la sensación de sed, y los niños porque todavía no tienen desarrollado el mecanismo de regulación del calor.