26 de diciembre, 2020
Estará la navidad de los que perdieron un ser querido en la travesía peligrosa de la pandemia y tendrán que brindar con el dolor de la ausencia cuando el ritual del reloj marque la media noche de la navidad.
Estará la navidad de los pobres que no será muy diferente a las otras navidades. Siempre se parecerá a la primera navidad de María, José y Jesús, que la celebraron en la intemperie junto a los que vivían en la intemperie.
Estará la navidad de los solitarios que esperarán que pase rápido esa noche para volver a la cotidianidad silenciosa de la rutina.
Estará la navidad de los niños que esperaran contra toda esperanza que aparezcan debajo del pino los regalos, los juguetes no jugados para sentirse exclusivos.
Estará la navidad de los jóvenes, de los inmortales, de los que no le temen a nada y están dispuestos a la transgresión de no cuidarse, en lugares habilitados o clandestinos.
Estará la navidad de los oportunistas. De los que buscan hacer negocio con los transgresores en las primeras horas de la navidad.
Estará la navidad de las ausencias, la navidad de las distancias. Esta navidad también será nuestra navidad. Así de dura, así de desafiante. Por Adrián Vitalis
