Si hay dos pequeñas, contundentes y maravillosas expresiones en el Planeta Tierra son: SI y NO. Así… si más, sin anestesia, sin edulcorante barato.
Atreverme, responsabilizarme, y marcar terreno, de lo que ya no estoy dispuesto a tolerar y de lo que si de ahora en adelante me animo a realizar.
Sin titubeos, dejando de conformar a los otros, dejando de lucir bien.
Solo por simple, merecido y premeditado acto de ejercer mi propia soberanía.
Porque ya es momento de capitalizar el tiempo invertido, el dinero dispuesto y el llanto derramado en infinitas sesiones de terapia y de entrenamientos personales.
Ya cayeron las fichas, el reloj sigue corriendo y ¡me permito ser de verdad y auténticamente yo!
Entonces sucede el momento milagroso donde me invitan a una reunión familiar y sin vacilar respondo “no”… paso.
Me proponen un viaje inesperado y de repente digo, dale… ¡me re va!, ¡SI voy!
Hoy me cambiaron por tercera vez el horario de una cita… besito en la frente y NO… basta de esto para mí.
Recibo la propuesta de un merecido aumento de sueldo, y digo SI muchas gracias, trabajé para conseguirlo!
Y la lista sigue ¡al infinito y más allá!
Dejemos de jugar el juego de los otros y ¡abramos ahora mismo nuestro propio tablero, con nuestras propias reglas!
Con afecto.
Por Noelia de la Fuente, Psicóloga Social.
Ig.: @delafnoe