Cleptocracia (del griego clepto, ‘robo’; y cracia, ‘fuerza’ = dominio) es el establecimiento y desarrollo del poder que institucionaliza el robo de capital, pero las acciones delictivas quedan impunes debido a que distintos sectores del poder participan de esa corrupción legalizada: la justicia, el sistema político y los empresarios.
En una cleptocracia, los mecanismos del gobierno del estado se dedican casi enteramente a gravar los recursos y a la población del país, por medio de impuestos —no retribuibles a ellos— desvíos de fondos, etc. Los dirigentes del sistema amasan grandes fortunas personales, en especial el presidente o el mayor cargo de jefe de estado, junto a los más allegados como los ministros, gobernadores, alcaldes y asesores personales. El dinero es lavado o se desvía a cuentas bancarias secretas, por lo general en paraísos fiscales, como encubrimiento del peculado o robo.