“La premisa no es el oro, es la formación humana”
El Floresta Rugby Club fue fundado el 3 de septiembre de 2005 y su plantel superior compite en el Grupo IV de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). Es uno de los clubes más jóvenes de la URBA y es manejado a pulmón por profesores y padres de los chicos que juegan en juveniles e infantiles, como así también por los jugadores más grandes, que en algunos casos, también se encargan de entrenar a los más chicos y a guiarlos en su sueño de algún día llegar a la Primera del club.
La premisa no es el oro ni la gloria deportiva, sino poder formar como personas a los chicos de la institución y generar el sentido de pertenencia por los colores de Floresta. El coordinador de infantiles y mánager de la M14, Eduardo Strajch y la colaboradora Roxana Lado, contribuyen hace años con el club y son parte de esta tarea que realizan semana a semana con gran esfuerzo.
¿Cómo surgió la idea de crear un club de rugby?
Eduardo Strajch: Todo comenzó con una loca idea de Juan Marchetti, actual presidente del club, que hace casi once años decidió arrancar con esto. Se acercó otro grupo de locos que se le agregaron y ahí empezó todo, en una plaza con algunos chicos que se fueron sumando y sumando. La movida creció hasta llegar a ser lo que es hoy. También tratamos de colaborar con la parte social y de que ningún chico se quede sin la actividad. Que puedan participar, puedan o no pagar la mínima cuota que tiene el club. Esa es la idea. Si por algún motivo no pueden, se acercan y a los chicos se les hará media beca, beca entera, o lo que haga falta, la idea es que todos puedan practicar y disfrutar este deporte.
¿Cuáles fueron los principales obstáculos que tuvieron que pasar para llegar a estar donde están hoy?
ES: El mayor obstáculo es no tener una sede propia. Esa es la cuenta pendiente del club, para que así pueda generar la total pertenencia de sus socios. Necesitamos el espacio.
Roxana Lado: Más que nada, es por lo que no podemos conseguir por la falta de un predio. Todo el desarrollo que hacemos queda limitado por no tener uno, y eso es lo que desencadena que haya muchos chicos que se vayan.
¿Cómo se organiza el cronograma para los entrenamientos y partidos?
ES: Esto arranca en la semana informándoles a todos los padres la actividad (en infantiles). Un sábado entrenamos y al otro jugamos amistoso. En infantiles no se compite, no hay campeonato. Los jueves y sábados nos juntamos en el polideportivo de Parque Avellaneda y los días de lluvia la actividad se realiza a la vuelta, en el estacionamiento del parque, ya que cierra. Todos los padres traen los materiales para entrenar en los baúles de sus autos, que siempre llegan repletos. No se suspende por lluvia, a menos que sea una tormenta eléctrica. Si no, se entrena igual. Con barro es mejor, dicen.
RL: Cuando hay partidos se alquilan un par de micros y los chicos viajan todos juntos. Nos reunimos en la puerta del polideportivo, se cobra el micro únicamente, porque el visitante te invita el tercer tiempo y los chicos van y vienen en los micros al parque.
¿Cómo está formado el club estructuralmente?
RL: Floresta está constituido por tres divisiones: infantiles, que abarca M10, M12 y M14, juveniles, que incluye M16 y M19 (estas ya están afiliadas y fichadas en la URBA y participan del campeonato), y plantel superior.
ES: Además entre juveniles y plantel superior hay una categoría intermedia que juega antes del equipo principal.
¿Cómo se ven de acá a unos cuantos años?
RL: Esto es escalonado. Ahora están todos los papeles al día, las divisiones inferiores están bien armadas con suficientes chicos. El elemento fundamental que nos va a ayudar a dar un paso más es el tema del predio, y crecer a partir de ahí. Creo que de acá a unos cuantos años va a haber una movida de gente más joven que va a estar ocupándose de administrar todo. Por ejemplo, nosotros no vemos a nuestros hijos cuando juegan porque estamos encargándonos de muchas cosas a la vez, y mucho menos si jugamos de locales.
ES: Esperamos estar relajados y viéndolos jugar a ellos. La idea de esto es que tanto padres como profesores se vayan sumando. Esto se arma de una base de padres, como cualquier club. Lo que pasa es que nosotros no tenemos la antigüedad suficiente como otros clubes centenarios, que ya los mismos jugadores de años anteriores son profesores y los veteranos son los que van llevando al club adelante. Acá no hay veteranos porque es un club nuevo. Ojalá algún día podamos disfrutar de sentarnos a ver un partido sin tener que laburar tanto. Lo esencial es que siga creciendo. Acá cuantos más somos, mejor, de eso no cabe duda.
Gracias a Los Pumas, en los últimos años el rugby se hizo más popular en Argentina. ¿Qué generó esto en el club?
ES: La popularidad de Los Pumas, al estar jugando en un gran nivel, ayuda mucho. Desde el Mundial de Francia en 2007 hubo una explosión popular y el club llegó a tener 200 infantiles inscriptos. Y hoy en día con el equipo actual y los Jaguares participando del Súper Rugby la gente mira mucho más rugby y también lo va entendiendo mejor y comprendiendo lo lindo de este deporte.
La inclusión juega un papel importante en el club…
RL: Teníamos un chico que venía a entrenar y era de la villa 1-11-14. A fin de año hicimos una gira por Miramar y el viaje salía $400 por chico, para pagar el transporte. El nene salió a cartonear con la madre para poder venir y logró juntar $200 para pagarse el viaje. Al principio no quisimos aceptar el dinero, queríamos becarlo para que fuera, ya que pensábamos que se lo merecía porque no había faltado a un entrenamiento en todo el año. Pero la mamá nos hizo tomar la plata para enseñarle que no todo en la vida llega de arriba y para que vea que el esfuerzo que uno hace se valora. Realizó el viaje con todos sus compañeros y le regalamos una camiseta. Se lo becó para que vaya a la gira, pero igualmente colaboró con los $200. Es una forma de aprendan y que entiendan que cuando uno les da una mano, también es en reconocimiento del esfuerzo que ellos hacen. Y no es el único caso así, también hay un grupo de juveniles de Carrillo, que es un pequeño club liderado por un cura, que participan y los banca mucho una escuela. De hecho, hoy la categoría M19 tiene fichados a dos chicos de ahí, y también un par están en el plantel superior.
¿Cómo se involucran otros clubes para ayudar a crecer a Floresta?
ES: Tenemos colaboraciones como la de Manuel Belgrano, que nos prestó la sede para hacer el ultimo seven. Son como padrinos nuestros porque nos dan una mano en todo lo que pueden. Habitualmente organizamos cenas de camaradería. Otro club es Belgrano Athletic, con quienes compartimos entrenamientos. Invitan a nuestros juveniles a entrenar con ellos y tenemos una propuesta para que vayan los infantiles. Si bien jugamos amistosos con ellos, la idea es que vayamos a compartir el entrenamiento principalmente. Con San Miguel, donde ejercemos la localía de juveniles y plantel superior, también tenemos una gran relación.
RL: Hace un tiempo Newman nos trajo 39 pares de botines, que vendimos e invertimos el dinero en camisetas para todas las divisiones del club. Y también hace unos años, el SIC nos prestó sus instalaciones para un partido a beneficio del club con los Barbarians.
En lo inmediato, ¿qué planes tienen para seguir creciendo como institución?
RL: Sería fundamental conseguir un predio, o al menos un lugarcito. Lo inmediato es un espacio físico propio.
Y así es el club. Un club distinto, que no focaliza en la formación de jugadores para ganar campeonatos, sino que pone énfasis en la formación de los chicos como personas, que con humildad, recién está asentando las bases en el rugby nacional y que van por un buen camino en el largo recorrido que irán avanzando mientras pasen los años.
Por Matias Giannaula
Fotos de las infantiles en Facebook: Infantiles Floresta Rugby Club (oficial)