Culmina la iniciativa solidaria del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que desde el 31 de julio ha recolectado ropa de abrigo para personas en situación de calle alojadas en los 47 centros de Inclusión Social de la Ciudad. La campaña se enmarca en los principios de la economía circular, promoviendo la reutilización de prendas en buen estado.
Hoy, 8 de agosto, llega a su fin la campaña de recepción de abrigos impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, una iniciativa que durante los últimos días ha convocado a los porteños a colaborar con las personas en situación de calle. Desde el pasado 31 de julio, esta campaña ha tenido como objetivo recolectar camperas, tapados, buzos, sweaters, camisetas y frazadas en buen estado, destinados a ser entregados en los 47 centros de Inclusión Social que dependen del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad.
La Dirección General de Desarrollo Sostenible y Economía Circular, responsable de la organización de esta campaña, habilitó distintos puntos de recepción para facilitar la donación de prendas. Los Puntos Verdes, que han operado en horario de 14 a 19 horas, y los Puntos Verdes Móviles, disponibles en dos franjas horarias de 10 a 14 horas y de 15 a 18 horas, permitieron una amplia participación de la ciudadanía, que ha respondido con entusiasmo a esta convocatoria solidaria.
En este sentido, la campaña no solo buscó brindar una respuesta inmediata ante la necesidad de abrigar a las personas en situación de calle, sino que también se propuso generar conciencia en la población sobre la importancia de la economía circular.
Asimismo, la iniciativa se enmarca en una visión más amplia que busca transformar la manera en que se perciben y gestionan los residuos textiles, promoviendo una transición hacia modelos de producción y consumo más sostenibles. En tanto, la economía circular se propone que los productos tengan una vida útil más larga, lo que reduce la necesidad de nuevos recursos y minimiza la generación de desechos.
Por su parte, el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, encargado de gestionar los centros de Inclusión Social, valora la importancia de esta campaña en el contexto actual.
De tal modo, la campaña permitió que la ciudadanía se involucre de manera activa en una acción que, más allá de su carácter solidario, promueve un cambio cultural hacia un consumo más responsable. A su vez, se han reforzado los vínculos comunitarios, al involucrar a los vecinos en una causa que no solo impacta en la vida de quienes más lo necesitan, sino que también contribuye al cuidado del medio ambiente.
