Comenzarán en breve a excavar lo que falta del sótano del centro clandestino que allí funcionaba.
Familiares de las víctimas de la última dictadura cívico-militar del Club Atlético, llevaron adelante un evento de memoria, debajo de la Autopista 25 de mayo, donde simbólicamente, descubrieron una silueta en el lugar donde se hará la excavación.
En este sentido, el sábado pasado, familiares de las víctimas del Club Atlético se encontraron en la avenida Paseo Colón, entre San Juan y Cochabamba, bajo la autopista, con el objetivo de desmontar la gigante silueta histórica que durante 23 años fue la imagen identificatoria del centro clandestino subterráneo, que allí había funcionado.
Además liberaron el talud de tierra sobre el que estaba colocada a la espera de que en las próximas semanas sea reducido hasta dejar la zona lista para que sea excavada.
Silvia Fontana, miembro de la Comisión de Trabajo y Consenso “Club Atlético” y hermana Liliana, cuyo último destino conocido fue ese lugar, en diálogo con Página 12, dijo que “Ésta es una victoria nuestra y está cargada de esperanza. Lo que hay aquí debajo es oro para nosotros. Estamos contentos y ansiosos, esperanzados”.
Por su parte, Iñaki Eggers, hermano de Marcelo que desapareció como también su cuñada María Susana Ursi, explicó el espacio como un lugar “donde venir a hacer un ritual que reemplaza el lugar físico donde están sus restos, como debiera ser”.
Y agregó que “El delito contra todos continúa, porque hay omisión, hay silencio. Pero nosotros somos unos privilegiados dentro del horror, podemos venir acá, colocar sus nombres, encender una antorcha. Nosotros podemos empujar, podemos reclamar, podemos habitar e insistir. Pero para eso, para el próximo paso, necesitamos un Estado presente”.
Además, Iñaki recuerda la sensación de “destrucción y tristeza” que sintió la primera vez que pisó el espacio, ya montado. Venía de 19 años de exilio, pero entonces también se sintió un “privilegiado” entre tantos familiares de detenides desaparecides que “no saben dónde estuvieron por última vez sus seres queridos”.
Asimismo, Silvia, hermana de una desaparecida que pasó por ese centro clandestino, dijo que “saber que pronto esta tierra ya no va a estar es como sentir los olores, sentir las voces de los nuestros, están acá con nosotros hoy. Es desenterrar su memoria”.