27 de abril, 2023
Este viernes 28 de abril a las 16.30 hs. dentro del marco de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, las activistas disca Julia Risso y Florencia Santillan darán una interesante charla sobre cómo incorporar una persepectiva no capacitista en las infancias, en la sala Horacio González, Pabellón Ocre.
Los niños, las niñas y los adolescentes con discapacidad
son personas sexuadas como todas y tienen como
todos necesidades de amor, ternura y placer. Ejercer
la sensualidad y la sexualidad no solo es un derecho que
tienen todos los seres humanos sino un importantísimo
factor de bienestar.
Existe un variado espectro de tipos de discapacidades:
mentales, sensoriales, físicas, motrices, etcétera. Los niños
y niñas presentan diferentes características según su
discapacidad y eso se expresará en la vivencia y ejercicio
de sus sentimientos y su sexualidad. Por ejemplo, no es lo
mismo un niño con retraso mental (que puede necesitar
que se le hable del tema de manera más simple que
a otros niños de su edad) que un niño o una niña con
una discapacidad física que compromete sus funciones
corporales o su capacidad de movimiento. A continuación
presentaremos algunas características comunes a
todos los niños y niñas, para después puntualizar
algunas consideraciones específicas en función de las
discapacidades más frecuentes.
En términos generales, la discapacidad no afecta el deseo
sexual de una persona y sólo condiciona parcialmente su
nivel de funcionamiento. Sin embargo, la discapacidad puede
afectar las habilidades de comunicación y la imagen de sí mismo,
resultando así un factor condicionante de la vida emocional y
sexual. A lo largo de este libro, daremos algunos ejemplos sobre
las posibilidades que tienen las personas con discapacidad de
tener una vida emocional y sexualidad saludable y gratificante.
El cuerpo es la primera imagen que uno da a los demás y se
modifica a partir de los vínculos que establecemos. En el caso
de un niño o niña con discapacidad, la imagen de sí mismo parte
de un aspecto físico que puede ser diferente del de la mayoría
y debe además incorporar elementos tales como prótesis,
bastones, sillas de ruedas, orinales, sondas. Esto implica una serie
de desafíos psicológicos en la construcción de la autoestima y la
relación con los demás.
La realidad nos muestra que muchas veces los niños y
niñas con discapacidad enfrentan desde su infancia una
serie de barreras que condicionan sus posibilidades de
desarrollarse en el terreno de la vida amorosa. La ignorancia y
algunas actitudes sociales hacia la discapacidad (basadas en
tabúes milenarios) construyen y sostienen la mayoría de las
barreras y limitaciones.
Los puntos para comenzar a hablar de la sexualidad con un niño o niña con
discapacidad pueden variar mucho, pero no difieren demasiado de lo que sucede
con otros niños. Podemos tomar en cuenta algunas cosas que necesitan entender y
también tomar como punto de partida sus propias inquietudes y preguntas:
Lo que es público y lo que es privado: partes del cuerpo, lugares, actividades.
El cuerpo y sus funciones: información básica necesaria para el cuidado y la
higiene.
Los sentimientos, los límites y las relaciones interpersonales: los contactos, la
conversación y el nivel de confianza que resultan aceptables en cada tipo de
relación.
Interacción social: cómo dirigirse a los demás y cómo los demás han de
dirigirse a él.
Seguridad: qué hacer cuando se le toca de forma incorrecta.
A quién recurrir si alguien los/las toca o le habla de modo incorrecto.