Por Cecilia Tarling*
Aquí estamos, reencontrándonos. Toda comunicación necesita de dos para que suceda y hoy queremos invitarlos a que, al recibir nuestro mensaje con forma de nota, nos envíen aquello que les resuena, pueden ser preguntas o comentarios; los queremos escuchar.
En una nota anterior compartíamos un párrafo del padre John Main que nos hablaba de la Paz: “La meditación es el sencillo proceso por medio del cual nos preparamos, en primera instancia, para estar en paz con nosotros mismos y entonces ser capaces de apreciar la paz de la divinidad en nuestro interior.”
Hay un camino que nos conduce hacia aquello que buscamos, y siempre comienza en nosotros mismos, somos quienes recibimos el don, somos quienes llevamos adelante la búsqueda para descubrir ese don y somos desde donde nos damos.
Contemplar es esencialmente escuchar, escuchar con los sentidos, no sólo con el oído y escuchar con el corazón. El silencio que nos conduce a la pureza de corazón, el silencio que, lleno del Espíritu, nos invita a conocernos desde nuestra esencia divina, nos limpia los oídos para escuchar nuestra propia historia desde el divino Amor que nos habita.
Entonces, cuando eso ocurre, cuando nos contemplamos sin prejuicios, cálidamente, la vida se comienza a ordenar, cada cosa comienza a ocupar su lugar porque estamos caminando, nos vamos acercando hacia el lugar donde somos nosotros mismos. Desde allí la Otredad que es todo y son todos los otros, reciben nuestra escucha sin barreras, con un corazón abierto a recibir. Descubrimos que todo y todos tienen algo que decirme, que todo y todos me revelan la Fuente en donde somos Uno.
Desde allí puedo Ser, desde allí puedo dar, y encontrar lo que el otro necesita escuchar de mí, ni más ni menos, encontrar la palabra justa. De eso hablaremos el próximo mes. Gracias y Bendiciones
Directora de Meditación Cristiana en Argentina