Por Dra. María Varas*
La llegada del frío desde mayo trae aparejado un estado de alerta frente a un grupo de enfermedades estacionales que son peligrosas.
La Bronquiolitis es una enfermedad típica de bebés pequeños que genera gran preocupación en los adultos y saturación de las camas de internación pediátrica disponibles cada invierno. Conocer de la enfermedad y cómo prevenirla resulta de gran utilidad a los padres.
¿Qué es la bronquiolitis?
Es el primer episodio de obstrucción de la vía aérea pequeña (bronquiolos) en niños menores de 2 años.
Está producida por la invasión por algún virus respiratorio que produce una reacción inflamatoria de los bronquiolos. Es más frecuente en otoño e invierno. El virus que más produce esta enfermedad es el llamado Sincicial respiratorio aunque hay muchos otros.
Generalmente el cuadro se inicia con un resfrío común de 2 o 3 días y luego aparecen los síntomas clásicos que se resuelven en 5 a 7 días. Algunos caso más severos pueden prolongarse hasta 2 semanas.
El paciente elimina virus durante muchos días y puede contagiar a otros. La diseminación del virus ocurre de persona a persona a través de las gotas de la respiración y especialmente a través de las manos contaminadas. En objetos de superficie dura, como juguetes de plástico, el virus puede sobrevivir hasta 30 horas. Todas estas consideraciones son importantes a tener en cuenta en bebés que concurren a jardines maternales.
¿Quiénes son más susceptibles a contraer virus de bronquiolitis?
•Bebes entre 3 y 6 meses porque tienen más susceptibilidad al virus
•Bebes que no reciben ni recibieron lactancia materna porque ésta es protectora
•Aquellos que concurren a jardines maternales porque es mayor la circulación viral
•Quienes conviven con fumadores porque el humo sensibiliza a la vía aérea (niños fumadores pasivos)
¿Cómo se presenta la enfermedad?
La enfermedad comienza como un resfrío con moco nasal y tos. A veces también hay fiebre. A continuación aparece dificultad para respirar que se observa como respiraciones más frecuentes, retracción de los espacios entre las costillas y movimientos del abdomen. En los más afectados puede haber aleteo de la nariz, palidez o color azulado alrededor de la boca, estos son signos de severidad.
El médico ausculta sonidos en el tórax que son característicos de la enfermedad como una especie de silbidos que se llaman sibilancias.
En ocasiones puede ser necesario realizar radiografía de tórax.
Puede ser necesario en los casos más intensos comprobar que el paciente tiene una adecuada oxigenación mediante un método sencillo llamado saturometría.
En los pacientes que se internan se realiza detección de virus en las secreciones nasales.
Luego de 4 a 5 días la mayoría de los pacientes comienzan a mejorar con resolución del componente obstructivo y mejoría de la oxigenación.
¿Quiénes tienen más riesgo de tener una bronquiolitis severa?
•Menores de 3 meses
•Prematuros
•Desnutridos
•Niños con enfermedades previas de los pulmones, del corazón, neurológicas o con deficiencia de su inmunidad
El tratamiento de sostén consiste en:
Colocar al bebé en la posición más cómoda posible para mejorar la respiración, habitualmente boca arriba y con la cabecita más alta que el pecho. Esto puede lograrse elevando la cabecera del colchón con una almohada debajo.
Bajar la fiebre en aquellos que supere los 38 ° con baños y el antitérmico que usan habitualmente.
Lograr un adecuado aporte de líquidos y calorías, a veces dificultado por el esfuerzo para respirar. En los casos severos que requieren internación y no pueden tomar por boca puede ser necesario colocar una sonda pequeña por la nariz que llegue al estómago para aportarle líquidos y leche.
Los bebés con cuadros más severos que le alteran la oxigenación suelen requerir internación para la administración de oxígeno por cánula nasal o por otros métodos que aportan concentraciones mayores.
Los broncodilatadores son medicamentos que se utilizan en gotas para nebulizar o mediante aerosoles con aerocámara en dosis que depende de la edad y peso del niño. El más conocido es el Salbutamol.
Si bien los corticoides desinflaman la vía aérea en algunos procesos respiratorios, hasta el momento no hay evidencia de la utilidad de su uso en todos los casos de bronquiolitis.
Los antibióticos no se utilizan en la Bronquiolitis salvo que se compruebe una infección bacteriana agregada que es poco frecuente.
Los jarabes para lo tos, expectorantes, mucolíticos y descongestivos no tienen ninguna indicación para el tratamiento e incluso podrían entorpecer la evolución y agravar el cuadro.
La kinesioterapia respiratoria puede ser necesaria en el período catarral que sigue al de obstrucción propiamente dicha. Debe ser realizada por un kinesiólogo avezado.
¿Cómo puede prevenirse la Bronquiolitis?
El principal método para prevenir la diseminación es el lavado de manos frecuente con agua y jabón, esta es una medida muy importante en lugares donde varios niños son cuidados por una o dos personas como ocurre en jardines.
También deben higienizarse frecuentemente con algún jabón antiséptico los juguetes que los niños llevan a la boca y comparten.
La lactancia materna y un ambiente libre de humo de tabaco son factores protectores muy importantes. Hasta el momento no se ha desarrollado ninguna vacuna contra los virus causantes de bronquiolitis.
*Pediatra – Hospital Álvarez